"Ibercaja no tiene nada que ver con las condiciones del ajuste laboral de Caja3". El presidente de la entidad aragonesa, Amado Franco, repitió ayer hasta en dos ocasiones este mensaje, que fue además una de las escasas referencias a la compra del grupo liderado por CAI en el discurso que brindó a los medios de comunicación en el tradicional encuentro navideño. Un acto en el que estuvo acompañado por el consejero delegado del banco, José Luis Aguirre, que dio para pocas alegrías por el "annus horribilis" que ha sido el 2012 --"la buena noticia es que se acaba en 19 días", afirmó--, pero donde sí hubo grandes deseos y esperanzas depositados en el nuevo ejercicio.

Con estas palabras, Franco quiso desvincularse de la tormenta que en forma de 592 despidos cae sobre la plantilla de Caja3, señalando a Bruselas como verdugo de este drástico recorte. Es más, advirtió de que si la Unión Europea no acepta los "plazos y condiciones" del ajuste, "no habrá apoyo económico" en forma de bonos convertibles (los cocos). Y en ese caso Ibercaja no "puede adquirir" la entidad integrada por CAI, Caja de Badajoz y Caja Círculo, porque "nuestra obligación primera es mantener la solvencia de Ibercaja y garantizar su futuro", recalcó.

El presidente del banco aragonés confió en que el 2013 sea mejor para el sector financiero de lo que ha sido el 2012, un año "horroroso" por los continuos cambios en las reglas de juego de la banca y en las prioridades exigidas por el Gobierno. "Primero importaba el tamaño, luego no y la prioridad era la solvencia...", recordó. Unos bandazos que se fueron imponiendo a golpe de sobresaltos: los decretos Guindos, el Memorando de Entendimiento (MoU), la auditoría de Oliver Wyman... "No sabía si estábamos jugando a fútbol o a baloncesto", bromeó.

Siguiendo con la sorna, Amado Franco no ocultó que, con estos precedentes, su deseo para el nuevo año sea que "los legisladores se vayan más de vacaciones para que no nos machaquen con tantos cambios".

No todo fueron lamentos. El alto directivo también saco pecho y ensalzó el "orgullo" de la entidad por haber sobrevivido al terremoto del sector financiero español, que en tres años ha pasado de 52 a 16 entidades. La aragonesa se encuentra entre las que siguen vivas y dentro además del selecto club de las cuatro antiguas cajas de ahorros --junto a Unicaja, CaixaBank y Kutxabank-- que se mantienen con "viabilidad y sin apoyos", puntualizó. Para mantener esta posición, apeló a valores como el "esfuerzo", la "prudencia", la "fortaleza" y la "templanza". No sin avisar de que los primeros meses del 2013 serán especialmente "duros" para la banca.