-¿Cómo te introdujiste en el mundo de los videojuegos?

-Empecé a jugar de pequeña, cuando tenía más o menos 6 años. Fue mi padre el que me metió en este mundillo. El primer videojuego al que jugué era Dragon Quest IX. Era tan pequeña que mi padre tenía que pasarme los monstruos, porque a mí me daban miedo. Con el tiempo me fui haciendo aficionada, y a día de hoy los videojuegos son mi principal hobby aunque mis gustos han cambiado.

-¿A qué juegas ahora?

-Me siguen gustando los videojuegos RPG (del inglés rol-playing game o juego de rol). Suelen ser videojuegos de aventuras aunque me gustan de todo tipo. Hace poco me pasé Pokemon Sol, para la Nintendo 3DS, y sigo jugando a Dragon Quest. También juego con el ordenador a Diablo, Overwath y League of Legends.

-¿Te gustan los videojuegos violentos?

-Me gustan de todo tipo. Uno de mis videojuegos favoritos es Mortal Combat, que es bastante violento. Pero jugar a un videojuego violento no te convierte en una persona violenta.

-¿Cuánto tiempo dedicas a jugar?

-Ahora mismo menos, porque me estoy preparando para entrar en la Escuela Municipal de Teatro. Suelo jugar unas dos horas diarias. Durante el verano me vicio más, lo máximo que he jugado estas vacaciones ha sido todo un fin de semana.

-¿Se puede ser bueno en los videojuegos sin llegar a obsesionarse?

-Puedes jugar y conseguir grandes logros sin llegar a tener una adicción. De pequeña estaba muy enganchada a los videojuegos, pero gracias al teatro, a los amigos y a tener novio he conseguido superarlo. Hay que salir a vivir la vida, porque a pesar de que en los videojuegos te dan muchas vidas, tú solo puedes vivir una, que es la tuya propia. Y eso se hace saliendo al mundo y desarrollándote como persona. Tú tienes que controlar los videojuegos, no los videojuegos a ti.

-¿Qué logros has conseguido jugando?

-Para mí, uno de los más importantes ha sido capturar un Pokemon legendario, de los más difíciles, en Pokemon Sol. Me quise complicar la vida y en vez de capturarlo con una masterball, que son especiales para eso, lo hice con una de bajo rendimiento, una pokeball con la que hay una posibilidad entre un millón.

-¿Has participado alguna vez en algún campeonato de videojuegos?

-En uno profesional, no. Suelo ir a campeonatos para gente aficionada. El último en el que estuve fue en la Expotaku, un evento que hacen en el Auditorio de Zaragoza. Puedes competir en diferentes juegos; yo participé pero solo conseguí llegar a ser finalista en uno. Nunca he quedado en un primer puesto porque hay gente que es muy buena.

-Tu afición a los videojuegos va más allá y también eres aficionada al cosplay. ¿En qué consiste esta tendencia?

-Es una moda que viene de Japón y consiste en disfrazarte de tus personajes de videojuegos favoritos. Por ejemplo, me he disfrazado de Miku, un personaje de Vocaloid con el pelo azul y dos coletas. También tengo otro disfraz de Ahri, de League of Legends.

-Estos disfraces o cosplay, ¿los compras o los haces tú misma?

-Últimamente intento hacerlos yo misma; el de Miku es comprado pero el de Ahri me lo hice yo. Se puede hacer muy fácilmente, aunque hay personas que pueden tardar un año y medio en prepararlos dependiendo de la dificultad del cosplay. El último que hice me costó un mes. Después los solemos llevar a los eventos y convenciones de anime que se hacen en la ciudad, como el Salón del Cómic de Zaragoza o la Expotaku.

-¿Y cómo combinas todas estas aficiones con el mundo del teatro y de la interpretación?

-De hecho, me hice fan del teatro por los monólogos y escenas que salen en muchos videojuegos, que cada vez son más frecuentes hoy en día. Me gustaría ser actriz, meterme en el mundo del doblaje y hacerme más conocida en el cosplay. Desde pequeña he tenido claro que mi futuro estaba orientado al sector de los videojuegos, siempre lo he sabido. Por eso he dejado el Bachillerato y he hecho las pruebas de la Escuela de Teatro, donde espero que me cojan, porque de verdad que hay mucho trabajo detrás.