No fueron 100 días de cuarentena.

Llevo millones.

No es cuarentena quedarme en casa, cuando estoy encerrada en mi cabeza.

No es cuarentena salir al balcón, cuando mi mente está al borde del precipicio.

Llevaba meses, viendo las horas pasar, sin saber muy bien qué día era. No salía de la cama, porque todas mis fuerzas abandonaron mi cuerpo, y parecía que nunca iban a volver.

Ver que todo sigue, y tú te estancas en una piscina de miedos.

Hemos vuelto a salir, pero mi mente sigue en cuarentena.

No diferenciábamos a cuántos días de odiarnos

estábamos.

Ahora veo toda aquella montaña de momentos que quiere dormir conmigo, o no dejarme hacerlo.

Ahora me doy cuenta de la falta que me hace mirarte a los ojos para salir adelante.

Y ahora toca esperar.

Porque ha acabado el confinamiento, pero, ¿cómo llevas tu cuarentena?