Hasta ahora, uno de los grandes obstáculos para que el consumidor acceda de forma masiva a los productos ecológicos y de comercio justo es "la escasez de puntos de distribución", como apunta Francisca Gregorio, de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU). Aunque también reconoce que "cada vez más grandes superficies" tienen este tipo de productos en sus estanterías.

Aunque España todavía dista mucho de la media europea en cuanto a gasto por habitante en productos de Comercio Justo. Mientras en Europa, cada ciudadano gasta una media de 2,30 euros al año, en España, la media se queda en 0,35 euros. Los productos más vendidos siguen siendo el café, el té y los derivados del cacao. Pero la oferta es cada vez más amplia.

Desde CECU "recomendamos apostar por empresas con programas de responsabilidad social corporativa y por productos con el Sello Estatal de Comercio Justo", dice Francisca Gregorio.

Otro de los obstáculos que separan al consumidor medio de los productos orgánicos y de Comercio Justo es el precio de venta, normalmente un poco más elevado que el de los productos convencionales. Pero hay que recordar que la tasa extra que incluye el precio estos productos es utilizada para fomentar el desarrollo integral y sostenible de las comunidades productoras, con mejoras de tipo social y ambiental.

Por otro lado, desde IDEAS recuerdan que "los precios en el Comercio Justo responden al valor real de producción". En el comercio convencional, el precio de venta al público es establecido casi siempre en base a criterios de competitividad y demanda, por lo que, en numerosas ocasiones, "no reconoce el verdadero valor del producto". En el Comercio Justo, el precio se establece junto con los productores, teniendo en cuenta y valorando todos los costes y procesos de producción. "Y la producción ecológica es valorada también en su justa medida".