Coincidiendo con la polémica levantada por la filtración a gran escala, el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, denunció ayer que 52 civiles fallecieron hace cuatro días en un ataque con cohetes de la OTAN. Karzai condenó el ataque con proyectiles y aseguró que disponía de información que certifica el ataque en la conflictiva provincia sureña de Helmand. Una fuente de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), consultada por Efe, aseguró que las "investigaciones preliminares" no ofrecían, hasta ahora, pruebas de que los cohetes fueran lanzados por la ISAF. Las pesquisas continúan.