En la famosa y triste Guerra de la Independencia (1808-1814) fueron muchos los guerrilleros que se enfrentaron al invasor francés para defender unos ideales, que no todos compartían, dando su vida en el empeño. En esta lucha desigual, por la potencia del ejército de Napoleón, sobresalió en tierras aragonesas una persona que había de convertirse en azote para las tropas napoleónicas: Ramón Gayán y Díaz, nacido en Paniza en 1772.

Presentado a Palafox, a raíz del alzamiento de Zaragoza el 24 de mayo de 1808, le fue otorgado el título de capitán. Con su hermano Mariano organizó un batallón llamado los "Escopeteros" y más tarde "Tiradores de Cariñena", manteniéndolos a sus expensas mientras fue posible. Audaz y temerario en su estampa de guerrillero, Gayán era de resoluciones tan rápidas y atrevidas que confundía y engañaba a las columnas francesas que le perseguían sin poder alcanzarlo. Tan pronto aparece en las cercanías de Cuenca o Albarracín como en las riberas del Huerva y del Jalón, o en las laderas del Frasno o del castillo de Calatayud, produciendo muchas víctimas a las tropas invasoras.

Por un tiempo, la disciplina militar le obliga a luchar junto al general Blake y el aragonés Villacampa en las batallas de Belchite y de María protegiendo heroicamente la retirada donde el ejército español sufrió numerosas bajas. Luego prosiguió Gayán sus hazañas -ascendido a coronel- manteniéndose firme en la ermita de Ntra. Sra. del Aguila, en Paniza, para ayudar a la Junta de Aragón de sorprender a las tropas imperiales que se habían apoderado de Daroca.

Un hecho que demuestra su arrojo es cuando, enterado de que sus amigos, el barón de Valdeolivos, y su esposa la condesa de Bureta, pasaban apuros en Cádiz al no recibir recursos, ya que tenían secuestrada su hacienda, se trasladó secretamente a la localidad de la condesa apoderándose de mucho trigo. Cargándolo en carros, lo vendió y giró su importe a los nobles.

Terminada la guerra, aunque fue nombrado teniente del Rey en la plaza de Zaragoza y poco después en el gobierno militar de Cardona, abandonó pronto estos cargos y se retiró a su casa de Paniza al cuidado de su familia y hacienda. Casado con doña Luisa del Frasno, apellido conocido en Cariñena, tuvo tres hijos: Mariano, José y Rafael. El primero, fue magistrado y regente en la audiencia de Mallorca, casándose con Amalia Angulo, de Barcelona. El menor, Rafael, se casó con Rafaela Valero de Bernabé. En Zaragoza todavía vive un tataranieto del famoso guerrillero: José Gayán Górriz y es coronel de Infantería en la reserva, hombre cordial que me recuerda, en conversación amable, que aunque es natural de Valladolid, su padre nació en Paniza.

Ramón Gayán y Díaz falleció en 1846 víctima de un accidente cuando se encontraba cazando y sufriera un derrame cerebral. Sus restos descansan en el cementerio de Paniza a donde fueron trasladados del antiguo panteón familiar existente en el viejo cementerio en 1985, convertido hoy en un polideportivo.

En la ermita de la Virgen del Aguila, una placa colocada en 1934, recuerda que fue incendiada por el mariscal francés Suchet creyendo que se hallaba escondido el temido guerrillero. Entre Paniza y Aladrén se encuentra una magnífica finca conocida como "Huerta Gayán" propiedad de Manuel Abad. Su abuelo, Manuel Abad Cascajares, que trataba a los Gayán como de familia, pudo recuperarla tras perderla su propietario en lances de juego.

Domingo Agudo, sacerdote nacido en Paniza, pariente de los actuales propietarios de la Casa Gayán, situada en la calle Mayor, escribió en 1946 una glosa sobre el "Jinete de Hierro" y su "Estandarte Glorioso" con motivo de una peregrinación al Pilar, llevando el Pendón de Gayán. Terminaba el artículo, firmado como "Augustus", con esta copla: Dos cosas tiene Paniza / que valen un dineral / el nido de nuestra Virgen / y la gloria de Gayán. Sería una medida muy acertada que el Ayuntamiento de Cariñena, con vistas al bicentenario de Los Sitios, restaurase el famoso Pendón que parece que está bastante deteriorado.

SANTIAGO SANCHO VALLESTIN. Maestro nacional