El primero llegaría en mayo 2006, con la sustitución de los trenes Altaria por los Alvia. Esta incorporación en la flota supuso un incremento de las frecuencias y también, ese mismo mes, el aumento de la velocidad de los trenes hasta los 250 kilómetros por hora en el caso de los AVE y hasta 200 en el caso de los Alvia. Esto se tradujo en una reducción de 20 minutos en el tiempo de viaje entre Madrid y Barcelona, que entonces se estableció en cuatro horas y cuarto. El 16 de octubre del 2006, la velocidad de Ave aumentó a los 280 kilómetros por hora. Dos meses después, se inauguró la estación Camp de Tarragona, un servicio muy utilizado por los zaragozanos, sobre todo, en verano.