Los sindicatos mayoritarios aragoneses están convencidos de que a Mariano Rajoy se le ha acabado el crédito. De hecho, los líderes de UGT y CCOO en la comunidad, Julián Lóriz y Julián Buey, exigieron ayer al presidente del Ejecutivo central que someta a referéndum la política de recortes que viene aplicando en los últimos meses. "Le reclamamos una consulta popular porque debe quedar claro que no cumplir el programa electoral es un fraude político", subrayó ayer Lóriz en la manifestación que habían convocado UGT y CCOO en Zaragoza.

En este mismo sentido se manifestó Buey, quien calificó de "necesario" que el Gobierno central convoque un referéndum y compruebe si tiene la confianza de la sociedad. "Sería lo más honesto porque estas políticas no las anunciaron cuando se presentaron a las elecciones", aseveró Buey a este diario. Si Rajoy no atiende a la petición sindical o rectifica los ajustes, ambos líderes aseguraron que "forzarán" la consulta tras el verano.

El órdago que lanzaron ayer Lóriz y Buey al jefe del Ejecutivo ya lo habían dejado entrever sus jefes en Madrid (Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo), aunque no con tanta contundencia. El líder de UGT Aragón subrayó que esta es la "única salida" para frenar unas políticas que están suponiendo "un enorme fracaso social y económico".

Toxo y Méndez también están persuadidos del fracaso de los ajustes a la vista de cómo están hoy los países como España: acosados por los mercados, con elevadas tasas de paro y con un empobrecimiento de la población que tardará años en remontar. "El Gobierno no gobierna y está fuera de control", dijo ayer Méndez, que al igual que Toxo, criticó que Rajoy no sea capaz de pronunciar la palabra rescate y que "no sabe ni cuándo ni cómo se va a hacer". Ambos subrayaron que Europa necesita "un viaje a la refundación" y lamentaron que en la declaración de casi 30 folios de la cumbre del G-20 no haya políticas de crecimiento ni para la creación de empleo.

59 MANIFESTACIONES En conjunto, las 59 manifestaciones celebradas ayer en toda España reunieron a decenas de miles de personas. Sin embargo, las nuevas protestas contra la reforma laboral y los recortes sociales tuvieron un seguimiento discreto en Barcelona y algo mejor en Madrid. Lo justo para mantener viva la movilización y para dar un nuevo aviso al Gobierno ante la tentación de aprobar ajustes en línea con las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea. La principal amenaza para los sindicatos sería una reforma de las pensiones.

La marcha de Zaragoza también puso de manifiesto que el hartazgo y la resignación comienzan a hacer mella en la ciudadanía. La respuesta de la calle no fue tan contundente como en ocasiones anteriores (los sindicatos estimaron entre 12.000 y 15.000 personas) y algunos se empezaban a preguntar si servirá de algo movilizarse. Los sindicatos lo saben bien y, por eso mismo, piden a la sociedad un esfuerzo más. "Esto es una carrera de largo recorrido y hay mucho en juego", dijo Buey.

La marcha de Zaragoza, que comenzó en la plaza Paraíso y concluyó frente a la sede del Gobierno de Aragón, transcurrió sin incidentes y en un ambiente festivo. Bajo el lema No te calles, defiende tus derechos, miles de zaragozanos exigieron no ser "los paganos" de una crisis que parece no tener fin. "Nos están dejando sin nada y no podemos permitirlo", subrayó Ana Chamorro. Una opinión que compartía Mariano Soler, de 66 años, que también reclamó "una mayor unidad entre los sindicatos". "Deben ponerse de acuerdo y protestar juntos", señaló.

En la manifestación se observaron pancartas del comité de BSH, de las monitoras de comedor, de varios institutos de secundaria, de Fapar, del PCE, de IU y de la Marea Verde contra el recorte en educación, que fueron los más numerosos.