La visita relámpago que ayer realizó el ministro de Industria, José Manuel Soria, a la fábrica de automóviles de Figueruelas dio para poco. Sí sirvió para enaltecer los actos organizados por Opel con motivo del 30 aniversario de su planta aragonesa, pero la oportunidad no pudo ser aprovechada por los dirigentes del Ejecutivo autonómico ni por la prensa regional para despejar los interrogantes que pesan sobre asuntos candentes como la minería del carbón, los anhelados planes de estímulo del automóvil o la reforma energética. Llegó, vio pero no convenció.

La visita fue más corta --dos horas escasas-- de lo previsto inicialmente. El ministro arrancó la jornada con una entrevista en el programa Los desayunos de TVE, donde sí dio cuenta de los avatares de la actualidad que afectan a su departamento y en torno a las 12.00 horas llegó a la factoría, que era la primera vez que pisaba. Allí fue recibido por el director general de Opel España, Antonio Cobo, y la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, que junto con varios directivos más de la compañía y un abultado séquito de invitados visitó la exposición fotográfica que conmemoraba las tres décadas de vida de la planta, así como el 150 aniversario de la marca Opel. Seguidamente recorrió las instalaciones en el característico tren eléctrico de la planta y a las 13.15 comenzó el acto oficial de discursos, que se llevó a cabo dentro de una de las naves de producción, sin que se parara el proceso de fabricación.

Estaba prevista una reunión de despacho entre el político canario y el anfitrión Cobo, pero esta no fue posible celebrarla por la premura de la visita, aunque ambos estuvieron conversando a lo largo de todo el recorrido. El programa se modificó a última hora porque el ministro adelantó su marcha, que se produjo al filo de las 14.00 horas para no perder el AVE de las 14.26 con destino a Madrid, donde le esperaban "varias reuniones", según fuentes de su gabinete.

Reencuentro

Así las cosas, los numerosos medios de comunicación que cubrieron la convocatoria no pudieron hacer ninguna pregunta al ministro, cuyo discurso apenas aportó claves nuevas y que se centró en la defensa de la política económica del Gobierno de Rajoy, que están sentando las bases de la "reindustrialización" de España, subrayó. También apeló al "diálogo" y al "acuerdo" entre todos para resolver "los momentos críticos", al igual que ha hecho Opel España a lo largo de su historia, pero no se pronunció sobre la demandas de más apoyo de la industria del automóvil, que el propio Cobo recordó al ministro en su intervención. Las prisas tampoco permitieron al consejero de Industria, Arturo Aliaga, hablar con Soria sobre la patata caliente del carbón.

Aunque la participación del ministro dejó un sabor agridulce, los actos programados por Opel permitieron echar la vista atrás en el retrovisor de la planta y valorar los logros conseguidos en estos 30 años. La cita, que reunió a unos 200 invitados entre políticos, empresarios (proveedores, concesionarios) y trabajadores de la planta fue también de reencuentros, pues asistieron antiguos directivos como los exdirectores generales Antonio Pérez Bayona y Juan José Sanz.