La localidad altoaragonesa de Albalate de Cinca enmudeció ayer al mediodía cuando el féretro con los restos de la senadora del PAR, María Jesús Burró llegaba a la iglesia de San Martín para oficiar su funeral. Centenares de vecinos del pueblo y la comarca, las principales autoridades de Aragón encabezadas por la presidenta, Luisa Fernanda Rudi; representantes de todos los partidos políticos, el vicepresidente del Senado y los portavoces del PP y el PSOE en esa cámara así como la gran mayoría de sus compañeros de partido y dirigentes locales y comarcales asistieron con emoción al funeral y posterior entierro de la joven política, fallecida el pasado sábado en un accidente en el Monrepós, a la altura de Sabiñánigo.

La emoción y el dolor dominó el ambiente en un municipio que vive conmocionado desde el sábado pasado. Pocas horas después de que falleciera la senadora, otro accidente de tráfico ocurrido en su término municipal acababa con la vida de un joven de la vecina localidad de Belver y que también fue enterrado ayer. Los habitantes de Albalate de Cinca se deshicieron en elogios hacia la política aragonesista. "Nos hemos quedado muy impresionados. Era una chica muy trabajadora y sencilla, llena de ilusiones. Solo pienso en sus padres, porque era hija única, son mayores y estaban ilusionados y la animaban para que tuviera un nieto", señalaba una vecina de la fallecida. Todas las opiniones coincidían, al igual que la de las autoridades asistentes.

El Senado expresó sus condolencias en un comunicado y a través de un telegrama a la familia. Mañana abrirán la actividad con un minuto de silencio y el recuerdo a la senadora. No asistió el presidente, Pío García Escudero, porque por la tarde tenía que declarar ante el juez Ruz por el caso de los sobresueldos en el PP. Sí asistieron el vicepresidente del Senado, Juan José Lucas; la vicepresidenta segunda, Yolanda Vicente, y el secretario cuarto de la Mesa de la Cámara Alta, Manel Plana. También lo hicieron los portavoces del PP y del PSOE, José Manuel Barreiro y Marcelino Iglesias, la mayoría de senadores aragoneses y el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde. Todos los partidos estuvieron representados, especialmente el PAR. Sus dirigentes estaban hundidos.