Javier Lambán descartó este martes que su Gobierno vaya a pedir al estatal la declaración del estado de alarma en Aragón, porque no quiere que este le «sustituya» en el ejercicio de sus competencias y considera que sería perjudicial para la economía. Lo que sí reclamó al Ejecutivo de Pedro Sánchez son más fondos para combatir la pandemia y cobertura legal para poder dictar normas sin estar «al albur» de las decisiones judiciales.

Así reaccionó el presidente aragonés al anuncio hecho este martes por Sánchez, que dejaba en manos de las autonomías solicitar un estado de alarma individualizado. Para Lambán, según unas declaraciones facilitadas por escrito por el Gobierno de Aragón, este estado y el confinamiento sería «la solución fácil», porque corta la transmisión de la enfermedad como se demostró desde marzo. «Pero luego rebrota y entretanto se ha asfixiado la economía y el empleo. Yo no quiero eso», añadía el dirigente socialista.

A su juicio, las medidas que su Gobierno ha puesto en marcha, «cruzando los dedos, parecen estar dando resultado, sin quebrantos graves para la economía». Por ello, lo que pide es «cobertura legal» para aplicar medidas «proporcionadas y razonables» sin que los tribunales las tumben.

Lambán ha tenido su propia ración de reveses judiciales, con las tres condenas a la DGA, en las tres provincias aragonesas, por no proteger adecuadamente a los trabajadores sanitarios con equipos de protección. Unas resoluciones que están pendientes de recurso y que en otras comunidades no han fructificado. También el retraso en la hora de cierre de los bares. En cualquier caso, no es la única autonomía en la que los tribunales han tenido protagonismo en la gestión política de la pandemia, como sucedió con la derogación de la orden que prohibía fumar en espacios públicos o el cierre de las discotecas en Madrid. Algo que en Aragón todavía se mantiene en vigor, al menos hasta que los jueces digan lo contrario.

MÁS FINANCIACIÓN

El aragonés, además de rehuir lo que parece contemplar como una intervención estatal, envió algún que otro recado a Sánchez, como los que le ha ido enviando a lo largo de la pandemia al cuestionar algunas de las directrices del Gobierno central, aunque agradeciendo también cuando se tomaban en cuenta sus aportaciones.

Así, hizo hincapié en que las subvenciones estatales «ya eran insuficientes cuando se aprobaron» para los gastos sanitario y educativo que conllevaba la pandemia, pero ahora, con estos rebrotes, son «necesariamente revisables al alza». No va a faltar debate sobre la financiación estatal en las próximas semanas, sobre todo si las autonomías quieren elaborar presupuestos para el año que viene con algún tipo de seguridad en cuanto a los ingresos, con la crisis económica que ya se vive.

Lambán dejó claro pues que descarta dejar el mando en manos del Gobierno de Sánchez el ejercicio de sus competencias, recuperadas tras el estado de alarma y la nueva normalidad, que tan poco duró en varias zonas de Aragón. Lo que requiere de Sánchez es «que me ayude a ejercerlas bien. Eso es la cogobernanza, incluido el acuerdo para que la sanidad y la educación las gestionemos con criterios lo más compartidos posibles. Otra cosa sería renunciar a una idea de España como proyecto común», sentenció el presidente de la DGA.

Pese al tono bastante duro del comunicado, este concluía agradeciendo a Sánchez «la ayuda y la atención que ha venido prestándonos en este durísimo verano», en el que Aragón ha tomado la indeseada delantera en el repunte de casos a nivel nacional.

La oferta que desplegó Sánchez en su comparecencia pública de ayer también incluía la posibilidad de que las comunidades pidieran apoyo a las Fuerzas Armadas para las tareas de rastreo de contagios. Al respecto, el Gobierno de Aragón señaló que la comunidad, «de momento, tiene el tema resuelto». De hecho vienen defendiendo que uno de los motivos de que Aragón cuente con tantos casos confirmados es la efectividad de los protocolos de rastreo, reforzados sobre todo en atención primaria.

Así pues, por el momento los aragoneses pueden descartar la amenaza de un nuevo confinamiento, que en algunos momentos ha sobrevolado, sobre todo Zaragoza capital y otras zonas problemáticas. El paulatino descenso de casos también parece apuntar a que no será necesario.