Uno de cada dos aragoneses tiene una enfermedad o problema de salud crónico, lo que supone un 8% más que la media nacional. En España, las enfermedades crónicas motivan el 80% de las consultas de Atención Primaria, el 60% de ingresos hospitalarios y el 85% de los pacientes ingresados en Medicina Interna, suponiendo la primera causa de gasto sanitario. Los problemas más frecuentes son la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y el dolor lumbar y cervical.

Estas cifras aumentan si se tiene en cuenta el envejecimiento poblacional, alcanzando hasta el 70% de los mayores de 65 años, con una media de cuatro enfermedades crónicas por persona, según se expuso ayer en la presentación del Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico, que, organizado por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), celebra entre ayer y hoy en Zaragoza su décima edición.

Con esta tendencia de progresivo envejecimiento de la población española, se calcula que en el año 2029 en España residirán 11,3 millones de personas mayores de 64 años y alcanzarán los 15,8 millones en 2064.

La cita acoge hasta 600 profesionales médicos y gestores sanitarios, y un centenar de pacientes crónicos activos. Bajo el lema Convivimos con la cronicidad, para hacer hincapié en que el aspecto positivo es que los enfermos siguen viviendo «aunque sea con ese problema gracias a los avances sanitarios», persigue dar a conocer el día a día de las consultas de Atención Primaria y hospitales y los datos más actuales en torno a ello de la mano de los profesionales sanitarios, pero también con la visión, experiencia y emociones de los pacientes y familiares.

OBJETIVO // La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido como objetivo reducir un 25% la mortalidad prematura por enfermedades crónicas en el año 2025. De ahí que aumentar el valor de la atención de los pacientes con este tipo de patologías, tras diez años con un sistema «que no ha avanzado en esta materia» y que acaba provocando «impertinencias» a los enfermos, cuidadores y profesionales, son algunos de los asuntos en los que inciden los profesionales de la salud, según expuso el presidente del comité organizador, Jesús Díez. Para el enfermo, por las distintas pruebas a las que se le somete por diferentes especialistas y para el médico, porque no acaba de conocer a su paciente, ya que cada vez que acude a una urgencia es tratado por uno diferente. «Hay que intentar coordinarnos para evitar esta impertinencia» e implantar «una línea de seguimiento clara y con unos referentes que sean siempre los mismos», insistió Jesús Díez.

Para el presidente de la Sociedad Española de Médicos de Familia y Comunitaria (Semfyc), Salvador Tranche, «la administración no está haciendo nada, y la crisis no nos ha enseñado nada. Estamos volviendo atrás» y advirtió de que si es siempre el mismo médico de familia el que atiende al enfermo «se reduce el 6 % los ingresos hospitalarios».