El Salud ha tenido que echar mano de «ofertas cuantiosas», según reconoció hace unas semanas las consejera de Presidencia, Mayte Pérez, para lograr que algún sanitario se desplace hasta el hospital Obispo Polanco de Teruel a cubrir guardias o turnos con los que poder hacer frente a la atención sanitaria.

La situación no es nueva, porque el centro turolense arrastra desde hace años problemas de falta de personal, pero la pandemia «está evidenciando aún más las vergüenzas» del hospital. «Estamos al límite, como todos, pero la diferencia es que aquí el déficit de personal es constante y ahora se ha agravado al situación de tal forma que no vemos hasta dónde vamos a poder llegar», señala a este diario Jesús Martínez, delegado de Cesm en la capital y presidente de la junta de personal del sector sanitario de Teruel. «Las plantillas, sobre todo en la uci, son ajustadísimas», asegura.

La oferta de la DGA, cuando los hospitales de Zaragoza también están escasos de medios humanos, complica que algún médico quiera trasladarse a Teruel. «Hace dos semanas una médica de uci se marchó a Castellón, con una oferta mejor, por lo que ahora hay tres facultativos de uci a jornada completa y dos a media jornada para atender seis camas, que podrían ser ocho. Mínimo harían falta dos médicos más en la uci», explica Martínez. «Desde Zaragoza nos ayudan un poco, con traslados de gente que quiere venir, pero ¿es lógico que esa persona tenga una guardia, duerma poco, y vuelva a cogerse el coche a las 8 horas para volver a su domicilio de Zaragoza? Igual lo que se debería hacer es tomar otras decisiones y reorganizar la planificación a medio plazo», indica este sanitario.

En sentido, Martínez considera «un error» la orden de mando única aprobada por la DGA para que el Salud disponga de todos cuantos recursos necesite. «Es una imposición y creo que es mucho más fácil llegar a acuerdos con convencimiento, compañerismo y negociación antes que así. En marzo no había nada que hacer y se aplicó ya esta medida, pero ahora ha habido tiempo y las imposiciones deberían ser mínimas y lo último a adoptar», argumenta.

En el Obispo Polanco están completas la planta 3 y 4, mientras que están empezando a llegar pacientes a la 2. «Estamos preocupados por el ritmo alto de ingresos, porque cuantos más haya más posibilidades hay de que alguno termine en la uci y ahí es donde vamos muy justos», remarca Martínez. «No decimos que en Teruel seamos más que nadie, somos conscientes de que en Zaragoza y en Teruel se está trabajando muchísimo, pero aquí hay un punto más de necesidad cuando ya se sabe, además, que se arrastran problemas de especialidades desde hace 10 años», señala Martínez. «Pero con lo que tenemos tiraremos hacia delante, porque es nuestro trabajo y con él queremos salvar muchas vidas», remata