La sala Mozart del Auditorio de Zaragoza acoge a las 19.30 horas el concierto de música clásica de la orquesta Los Músicos de Su Alteza, en colaboración con el coro Amici Musicae. Se trata de el regreso al escenario de esta orquesta aragonesa que por primera vez en pandemia ofrece un espectáculo extraordinario con composiciones de Beethoven, Mozart y Haydn con 30 músicos en escena.

En un año con festivales cancelados y actuaciones aplazadas, a Los Músicos de Su Alteza este primer concierto les supone un cúmulo de emociones encontradas. «Tenemos ilusión pero hay que tener en cuenta que se le suman complicaciones», explica Luis Antonio González, director de la orquesta. La distancia de seguridad entre los músicos, cuenta, «dificulta las relaciones musicales».

En esta ocasión, la pieza central del concierto será la Cantata fúnebre para la muerte del emperador José II, encargada a un joven Beethoven que con 19 años compuso una melodía que nunca llegaría a ver representada en escena. «En la música clásica hay una tendencia a caer en la rutina, en tocar el mismo repertorio orquestal», explica el director de Los Músicos de Su Alteza. Por ello han optado por una pieza poco frecuente. «En España solo se ha tocado una vez», añade. Sirve, a su vez, para conmemorar el 250 aniversario del nacimiento de Ludwig van Beethoven.

Surgida en 1992, en su origen como un grupo de cámara, Los Músicos de Su Alteza fueron galardonados en el concurso Van Wassenaer de La Haya en 1996. A partir del 2000 lo hacen como orquesta, cuando fundaron el Festival Música Antigua en la Real Capilla de Santa Isabel que dirigen hasta 2011.

Con un repertorio amplio y ambicioso lleno de cantatas, suites y conciertos de Bach o concerti grossi de Händel han ido construyendo un camino repleto de discos. Desde 2017 son compañía residente en el Auditorio de Zaragoza y han ofrecido dentro de este marco cuatro estrenos.

Al la pieza de Beethoven, se le suma la sinfonía nº 26 Lamentación Lamentación de Franz Joseph Haydn el dúo de Pamina y Papageno en La flauta mágica, de Mozart. «Encaja con el joven Beethoven, que siendo una pieza laica, tiene un sentido ideológico similar, de la política de la tolerancia y la fraternidad, muy ligados a la masonería del momento y a las ideas pre revolucionarias», señala González. Para este concierto, apunta, se han «seguido criterios históricos» en cuanto a los instrumentos de la época utilizados para la representación.

La pandemia, además de las cancelaciones de conciertos y festivales, le ha supuesto a Los Músicos de Su Alteza retrasar la publicación de dos discos, uno de cámara con composiciones de Claudio Monteverdi, que verá la luz a principios del 2021, y el segundo, un proyecto de música española del siglo XVIII con tecla y órgano, grabado en la Iglesia de Santo Domingo de Daroca.