Escritora de cuentos desde pequeña, tiene su editorial de literatura infantil y juvenil (Fuendepila) y ha creado con la psicóloga Victoria Martínez el método emociona-T para trabajar la inteligencia emocional.

—Lo suyo es pura pasión por el cuento...

—Yo escribo desde siempre, es algo que le pasa a todos los escritores, que escribimos desde que éramos pequeños. Yo iba mucho a Arbués con mis abuelos y le pedía a todo el mundo que me contasen historias y luego las escribía. Con el tiempo, empecé a poner todo eso en marcha, con ediciones sencillitas y me recorría las ferias infantiles para venderlas.

—Cuentos impregnados de valores, ¿no entiende los libros sin valores?

—Para mí los libros tienen que tenerlos. Hay una corriente que dice que los libros tienen que ser para divertir pero yo no entiendo un cuento sin que se defiendan valores, a mí me gusta aportar a los niños cosas, como se hacía antes. Los cuentos clásicos lo que hacen es prevenir a los niños sobre alguna maldad del ser humano. Yo lo que hago hoy en día es tratar temas más actuales pero al final viene a ser lo mismo.

—Precisamente uno de sus cuentos más recientes es Yo quiero ser futbolista... o no...

—En este cuento se habla sobre todo de respeto y del valor del esfuerzo. A mí me parece un cuento importantísimo porque sorprende que a día de hoy con lo que sabemos y nos cuentan siga habiendo conflictos por el fútbol, no solo entre los niños sino con los padres en las gradas. Algo pasa. El fútbol transforma a la gente y no me gusta.

—Es triste pero hoy en día todavía hay que reivindicar la lectura en los niños, ¿no le parece?

—Cada vez hay que reivindicarlo más. Siempre sabemos que leer es bueno pero es que hoy en día tenemos el tema de las redes sociales. Creo que aún no somos conscientes de cómo va a afectar todo esto el día de mañana, yo soy muy negativa con ello. Se ha dejado de leer y las redes sociales han influido mucho. Es verdad que hay colegios con planes de lectura maravillosos y profesores que hacen maravillas pero no en todos. Y en casa, si tú no lees, tu hijo no lo va a hacer.

—¿Usted le lee a sus hijos?

—Yo a mis hijos les empecé a leer antes del año, me acostaba con ellos y les leía porque me parece fundamental no solo enseñarles el amor por la lectura sino también por el vínculo afectivo.

—Está de lleno también en el proyecto emociona-T, ¿qué es?

—El método es un proyecto revolucionario y puntero en inteligencia emocional. Todos sabemos que es más importante ya que la inteligencia académica porque te permite salir de problemas. Si se aprende a identificar las emociones se pueden dar recursos para gestionarlas, por ejemplo, la ira. La psicóloga Victoria Martínez pone la parte clínica y yo le di forma a la parte creativa, son cuentos, manuales, una baraja infantil…

—Acabamos ya pero antes, ¿cuál es su secreto para ser tan prolífica?

—Si supieras cuántos cuentos tengo. En el colegio, cuando dábamos a Lope de Vega y me dijeron que había escrito cientos y cientos de historias, yo dije: ¡Yo quiero ser como él!.