En junio del 2002, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró Europa como zona libre de polio. En España no se erradicó hasta 1988, gracias a la campaña sanitaria que autorizó el régimen franquista en el año 1963 y que muchos médicos pusieron en marcha por todo el territorio. Por entonces, ya había más de 50.000 afectados de los que se tuviera constancia. La polio no tiene cura ni tratamiento, pero puede prevenirse para evitarla. En España esta prevención se hizo mediante dos vacunas norteamericanas: la inyectable Salk y la oral Sabin, mucho más económica y accesible que la primera.