Opinión | EL ARTÍCULO DEL DÍA

A los jóvenes pregunto, ¿cómo queréis la tierra?

Desde hace más de un siglo la provincia de Teruel es territorio 'outlet' para el Estado. El gran laboratorio-almacén de 14.804 kilómetros cuadrados del que unos y otros poderes van sacando «cosas»: recursos humanos y energéticos según cuándo, qué y cómo convenga. Lo único importante es mantener el almacén organizado de acuerdo a la demanda de cada periodo, siguiendo el estudio de trazabilidad previsto con fases bien delimitadas. Por tanto, superados con éxito los periodos finales de experimentación, el afán de gobiernos (estatal y autonómico) y empresas es «renovarse» continuamente en las formas de explotación, no en los métodos que han comprobado útiles y todos conocemos. Así es, aunque no nos parezca.

Tal vez, quienes lean estas líneas piensen que «hay tiempo», que esto es catastrofismo y terminen justificándose con lo de «ellos tienen el dinero» cayendo otra vez en su trampa porque no todo es el dinero. Y aun siendo cierto lo del dinero, lo que sí tienen una y otra vez y nosotros no -¿lo tenéis vosotros?-, es un plan y un proyecto diseñado hasta el mínimo detalle, paso a paso.

Por eso, ahora mismo, el desarrollo de la secuencia histórica indica que estamos a las puertas de la tercera fase de su plan, la fase C de extracción hasta que llegue la D y puedan convertir el territorio en el mayor coto cinegético de Europa por ejemplo, continuando luego con la E en la que pasemos a ser un 'turolensis park' -primera «reserva turística» de ejemplares a extinguir- preparando ya la fase F cuando, agotadas las existencias humanas y energéticas, nos publiciten como «primer desierto europeo de montaña» (espacio de aventuras extremas) y finalmente, en la G, se declare a Teruel» «primer basurero «transversal» de materias» -siempre primero, siempre europeo y siempre utilizando la titulación más 'fashion' del momento para orgullo provincial- con el fin de que al ministr@ y consejer@ de turno les quepa el honor de recibir las medallas o copas en Bruselas a mayor orgullo -y menor coste- de España. Entonces el Gobierno español, sin turolenses por medio, quizá coloque en un pasillo del Congreso una vitrina dedicada a Teruel donde exponer, como los equipos de fútbol, los trofeos obtenidos «por su creativa y sacrificada generosidad en aras del Bien común» mientras escucha aplausos sin sombra de conciencia. Provincidio a la carta made/maño in Spain.

Cuadrilla de mantenimiento

Tal vez, a lo largo de todas esas fases, de tanto en tanto envíen a la extinta provincia desde la capital -sea Madrid o Zaragoza- una cuadrilla de mantenimiento para la conservación de algún monumento mudéjar alquilable a productoras de cine o televisión durante breves periodos, como extraño decorado donde rodar las series sobre aquella Era «pre-sostenible» en la que Mesozoico, Neolítico, iberos, celtíberos, romanos, «moros», amantes medievales cristianos y trincheras amordazadas hasta los años 20 del siglo XXI, serán ya un revuelto de restos en un mismo cajón de sastre llamado Historia: «Pasen y vean la «antigua» función»: The End (El Fin, en español arcaico). Ahora pues, estamos a las puertas de esa fase C que marca la nueva Era. En un punto y aparte pionero de «gran modernidad» porque el aire, agua, tierra y sol tienen amo, han pasado a SU Bolsa gracias a una «renovada guerra mundial» vírica muy bien aprovechada, como todas las guerras, para «renovar» su «sostenibilidad». No mienten, siempre han ido renovando los medios y maneras de que los sostuviéramos. Incluso la nada produce pingües beneficios a los «amos de mi tierra».

¿Ficción? No al paso que vamos. Podéis tildar estas líneas de alarmistas aunque dolorosamente, las «alocadas» sospechas de once años atrás van cumpliéndose superando los límites imaginados. Por eso os pregunto a los jóvenes ¿Cómo queréis la tierra?

Porque esta es solo la opinión personal de alguien lleno de idealismo desde su juventud que ha luchado y lucha creyendo otro mundo posible, observando en el tiempo y la forma la calculada estrategia de los depredadores, su conocimiento de las masas cuya respuesta tardía y momentánea controlan al milímetro, no les sorprende y saben cómo neutralizarla ahogada por la explosión de un efímero éxito. Ahí tenéis el manual. No más lamentos.

Y por eso, observando frente a la ventana del mundo me pregunto y pregunto si es su plan, su paisaje y su modo de vida lo que queréis los jóvenes menores de cuarenta y cinco años, verdaderos protagonistas del futuro. Porque sois vosotros quienes tenéis ahora el derecho y la obligación de decir y decidir. Y porque, de acuerdo con I. Gabilondo, aunque este sea nuestro mundo hasta el último suspiro de la vida, esos jóvenes son quienes llevan el volante del viaje y, nos pese o satisfaga lo que les dejamos cómo se lo dejamos, hoy nuestro lugar útil, activo y productivo no es más ni es menos que el del diálogo y respaldo experiencial en la segunda fila de los ancianos griegos, entre bambalinas. La acción es suya.

De eso trata la intergeneracionalidad y el trabajo en equipo. De eso tratan la sostenibilidad y la renovación reales, no las del despotismo ¿ilustrado? que ustedes, falsos gobernantes, falsos políticos y empresarios, con sus falsos modales y falsa compostura pretenden imponernos.

Son esos jóvenes quienes tienen que decir, decidir y escribir cada línea del hoy y del mañana. Por eso a los jóvenes pregunto: Decid y decidid ¿Cómo queréis la tierra? Os escuchamos.