El Periódico de Aragón

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María Gómez y Patiño

Contadores que ‘no cuentan’

Que la Administración cobre un mínimo aunque no se consuma agua es abusivo

Los ciudadanos llevamos algunos años viviendo una sensibilización permanente con relación a la responsabilidad social, especialmente a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la Agenda 2030, etc.

Por eso, hay ciertos hechos en la ciudad de Zaragoza que nos llenan de perplejidad a todos los residentes, y que, en el mejor de los casos, solo hablan de las incoherencias municipales.

Una de ellas, y que he vivido recientemente, tiene relación con el consumo del agua para el que también, y con la misma fundamentación se nos pide que sigamos las recomendaciones de los ODS y la Agenda 2030, entendiendo que el agua es un bien público y universal que exige un consumo responsable por parte de todos los ciudadanos.

Estas recomendaciones, que son más que loables, deberían ser correspondidas con las mediciones correspondientes para facturar ese consumo y cobro responsable del agua. Dicho de otra forma, se nos pide esa responsabilidad solidaria, cuando es el propio ayuntamiento el que no realiza una lectura responsable y ética para todos los locales, independientemente de su uso o actividad, simplemente aplicando una tarifa mínima fija, aunque se haya hecho un consumo igual a cero. Llama poderosamente la atención que, a pesar de que todos los usuarios zaragozanos tienen instalado un contador de consumo, este solo se aplica para el caso de superar el consumo mínimo establecido. En otras palabras, si yo, en mi local de uso privado como estudio de pintura no utilizo el agua, me cobrarán igualmente la cantidad mínima establecida por el ayuntamiento que asciende a 55 euros. Se trata de «un contador que no cuenta».

Ignorar la lectura de contadores en locales invocando un escaso consumo es una actitud abusiva por parte de la Administración, cuando en otras ciudades más progresistas, se premia el consumo responsable y ético del agua. En la ciudad de Zaragoza, en cambio, se te castiga por no haber utilizado agua, aunque se haya estado ausente durante un mes, y te cobran la cantidad antes citada. Esto recuerda a los juegos de niños, donde La banca siempre gana, o lo que es peor aún, a los juegos de trileros (o crupieres de casinos), que juegan con las emociones de los ciudadanos, ganando siempre...

En síntesis, el ciudadano no ve reconocido su uso responsable del agua y se le castiga, mes a mes, durante todos los años de su vida, a pagar una cantidad que no utiliza jamás, por su propia responsabilidad, mientras el ayuntamiento abusa de su relación con los administrados.

Me surgen algunas preguntas al respecto:

¿Para qué sirven los contadores, si no cuentan?

¿Para qué se nos pide que seamos responsables en el consumo del agua, si se nos cobra como si fuéramos unos irresponsables?

¿Con qué fuerza moral puede el ayuntamiento exigir un uso responsable del agua, cuando ignora los contadores y cobra irresponsablemente lo no consumido?

Conviene recordar que los contadores sirven para medir el consumo, tanto si es escaso como abundante, y además sirve para demostrar el uso responsable del agua que se nos está recomendando constantemente y que debería ser premiado, como sucede en otras ciudades.

Utilizar el logo de los ODS en toda la comunicación municipal es una cosa, y ver cómo no se aplican estos objetivos, otra: una relación abusiva del ayuntamiento para con sus administrados. Si se nos pide a los zaragozanos que seamos sensibles con el medio ambiente, que utilicemos los bienes públicos de una forma responsable y justa, al ayuntamiento habría que exigirle que lo sea igualmente, que utilice los contadores con el fin que fueron creados: obtener una medición justa, responsable y ética.

Solo así los ciudadanos entenderíamos las razones para exigir una responsabilidad social para todos: administradores y administrados.

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