Un tipo voluble

Vicente Calatayud

Vicente Calatayud

En estos últimos años, disfrutando de la paz jubilar y emulando a mis nietos, me he ido inclinando más por la utilización de las modernas tecnologías que por el pase de la página de papel. Lo que me han permitido conocer mejor y con más exactitud las novedades, avances científico culturales, noticias y opiniones de la actualidad. Sonido y percepción visual al unísono. Importante ventaja para nuestros deteriorados sentidos y ordenador biológico. No hace muchos días, todos los medios audiovisuales se hicieron eco de una entrevista a nuestro presidente de gobierno. A la pregunta de Alsina: «¿Por qué nos ha mentido tanto?» respondió: «No es así, pero es cierto que he cambiado frecuentemente de opinión». Con el fin de no cometer errores de concepto o interpretación, consulté, las dos expresiones en el diccionario de la Real Academia Española

Mentir: «Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente». Esto es, algo demasiado frecuente en casi todas las actividades de nuestra sociedad. Entonces indagué sobre el cambio de opinión frecuente, el cual resulta caracterizar al personaje voluble. Se emplea para identificar a una persona cuyo carácter es inconstante y cambia rápidamente de opinión, gusto o estado de ánimo. Pudiendo ser variados los significados de este término, según el ámbito en que se utilice: volador, inestable, inconstante, aéreo, evaporable, entre otros. Tal comportamiento en el ejercicio de una actividad, puede significar la volubilidad del sujeto en cuestión; y el cambio de opinión de forma continuada puede ser debido a valoraciones inestables, y a que experimente altibajos emocionales en sus relaciones personales y profesionales, identificándose como un ser inseguro en el acuerdo y en la toma de decisiones. Voluble, volátil también se utiliza en diversas áreas para referirse a una serie de fenómenos económicos, científicos, legales, sociales, políticos y culturales que, en sentido figurado, se relacionan con lo que ocurre o se dispersa sin dejar rastro aparente.

Como ocurre con el terrorista en ese extraordinario film dirigido por Michael Bay; La Roca que, de acuerdo con el agente, se «volatiliza». ¿No estará ocurriendo algo parecido con nuestra democracia?. Los cambios de opinión son tan frecuentes e interesados que están modificando la estructura de las instituciones democráticas, fomentando una predisposición a reaccionar de forma inesperada y desmedida ante situaciones que pueden resultar amenazantes, o ante un estímulo interno propio del personaje, sin una reflexión previa ni tomar en cuenta las consecuencias que pueden provocar sus actos. Cambiar de opinión y mentir es algo inherente a todos nosotros, pero también es cierto que, dependiendo de experiencias y trayectoria vividas, utilizamos diferente forma de comportarnos y expresarnos en la manera de afrontar o actuar en situaciones con alto nivel de riesgo.

Manipular fuera de las reglas sociales sin exhibir el más mínimo remordimiento puede generar o bien curiosidad por saber qué pasa por la mente del que las dicta, o miedo al sentir una amenaza de alguien que es capaz de llevar a cabo conductas no esperadas o diseñadas fuera de la convivencia acordada, o ambas cosas a la vez. La imaginación políticosocial requiere un diálogo constante, con el fin de ampliar la visión, el conocimiento y el contenido de los factores que operan en una sociedad democrática.

No encontramos respuestas que pueden explicar el origen del comportamiento en el cambio de opinión manifestado y si justifican una manifestación distinta a lo que se sabe.

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