El empleo y los salarios, la clave de bóveda

El Periódico de Aragón

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El devenir económico y social de Aragón vendrá marcado este 2024 por la evolución del empleo y los salarios, los dos factores que en mayor medida condicionan el día a día de los ciudadanos. Sin duda, la mejor política que se puede aplicar por parte de cualquier Gobierno, sea del signo que sea, es la de crear puestos de trabajo en una sociedad que trata de mejorar sus índices de calidad de vida y bienestar. Si el empleo carbura será porque hay empresas que están creando riqueza, lo que permitirá elevar los niveles de consumo y, por tanto, la inversión de las compañías y la recaudación de las administraciones públicas a través de los impuestos. Se trata, en definitiva, del circulo virtuoso de una economía cada vez más globalizada pero también mas dependiente de factores externos de los que ya nadie se puede aislar.

Hoy se conocerán los datos de desempleo correspondientes al mes de diciembre de 2023, un ejercicio que ha sorprendido a administraciones, instituciones y entidades financieras, ya que se preveía menos dinámico de lo que finalmente ha sido, algo que se ha trasladado al mercado laboral aragonés. A falta de ver las cifras que publicará el Servicio Público de Empleo (SEPE), Aragón tenía en noviembre 5.356 desempleados menos (-9,1%) que un año antes, si bien ya se detectaba una cierta desaceleración en la economía al registrarse ese mes 350 parados más respecto a octubre.

Esa incipiente desaceleración puede marcar también la solidez de las empresas, su capacidad de generar ingresos y, por tanto, la evolución de los salarios en los próximos meses a través de la negociación colectiva. La patronal aragonesa cifraba la subida salarial media de los convenios en torno al 3,5% en un año en el que los precios cerrarán por debajo del 3% en Aragón. Por tanto, si se confirman estos datos, los asalariados habrán podido recuperar una mínima parte de lo que han perdido en los últimos años como consecuencia de la escalada del IPC, que ha comenzado a dar una tregua a las economías domésticas.

El escenario apunta ahora a la necesidad de que las administraciones públicas pongan en marcha políticas que estimulen, directa o indirectamente, la actividad empresarial. Para ello es preciso que contribuyan a crear un marco lo suficientemente atractivo para que los inversores sigan confiando en Aragón, y un contexto de estabilidad para aquellas pymes y negocios que ya tienen centros productivos en la comunidad. A su vez, el tejido empresarial ha de articular medidas para aumentar la competitividad y evitar cualquier tipo de ajuste. Todo ello obliga a empresarios y sindicatos a anticiparse a un 2024 incierto a través del diálogo social.

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