erre que erre

Azucemos al campo contra el Gobierno

Nicolás Espada

Nicolás Espada

El campo está cabreado. Seguramente las reclamaciones son justas porque es un sector muy castigado y en los últimos tiempos están sufriendo la sequía, las consecuencias del cambio climático y la guerra de Ucrania que ha elevado el coste de los fertilizantes y las materias primas para sacar adelante sus productos. Además de la Política Agraria Común, la PAC, que a casi todos disgusta. Probablemente es la protesta que más apoyo social está consiguiendo en nuestro país en los últimos tiempos. Pero sorprende mucho que algunos políticos trasladen su empatía por una movilizaciones que, en la mayoría de los casos, no tenían el consentimiento de las autoridades pertinentes. Si en cualquier otro sector ocurre esto, se escucharía de todo de los políticos.

Me parece inadmisible y de una gran irresponsabilidad que un miembro del Gobierno de Aragón, el consejero de Agricultura de la DGA, Ángel Samper, arengue a las movilizaciones de unos agricultores que no van de la mano de ninguna organización agraria y además recibe a esos manifestantes que protestaban sin autorización sin tenerlo en su agenda. Pero incluso se atreve a decir que esas organizaciones agrarias «tienen que corregir lo que están haciendo mal», cuando él hasta hace cuatro días era secretario general de una de ellas, Asaja Aragón. Es evidente que es una forma de azuzar (desde Vox) a los agricultores y ganaderos contra el Gobierno central.

Algo que también han hecho otros políticos aragoneses. La propia alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, agradeció en redes sociales «el comportamiento cívico» de los tractoristas que se manifestaron sin autorización por el centro de la capital. Ser empáticos también con unos manifestantes ilegales no parece muy propio de una autoridad y cabría preguntarse si el Gobierno central fuera del PP si harían y dirían lo mismo. Cuando, además, no hay que olvidar que la derecha española, PP y Vox, votó unida recientemente en contra de la ley de la cadena alimentaria, esa reglamentación que elaboró el Gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez por la que se prohíbe vender a pérdidas los alimentos y que beneficia, y mucho, a los agricultores. Es evidente, pues, que desde las redes sociales se está usando a los agricultores contra el Gobierno de España, cuando todo el mundo sabe, aunque solo sea porque estas protestas agrarias también se están produciendo en otros países de Europa, que las políticas erróneas que perjudican al campo vienen de Bruselas y esa PAC la aprobaron los neoliberales y la derecha. 

La libertad de movilizaciones debe existir, pero como también hay que velar por los que las sufren, necesitan unas autorizaciones. No deja de ser más que un poco de sentido común.

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