Opinión | el Confidencial

El Ramadán, Nolasco y las alertas en la DGA

Vox ha decidido esta semana eclipsar al presidente Azcón con un acto improvisado en Huesca que destila xenofobia y odio pero que convierte otra vez a Nolasco en el protagonista

Hay semanas en las que da la sensación de que en el Gobierno de Aragón o no hay nadie al volante o hay demasiada gente con mando en plaza. No me puedo imaginar que extraña estrategia puede haber en una coalición PP-Vox que entienda que es bueno para la imagen del propio Ejecutivo que poco después de que el presidente de Aragón, Jorge Azcón, se felicite por la inversión millonaria de Inditex en Zaragoza, con la que pretende crear en el polígono de Malpica su segunda ‘ciudad’ logística en la capital aragonesa, el vicepresidente, Alejandro Nolasco, desvíe todos los focos hacia Huesca arremetiendo contra el Islam y las tradiciones musulmanas para romper un folleto sobre el Ramadán que había editado el propio PP municipal y convertirse en el protagonista de la jornada.

Quiero creer que estaría pensando en algo que al resto de los mortales se nos escapa y que no se trataba de su enésima soflama xenófoba, con una sobredosis de odio en busca de un poco más de casito en la opinión pública. Pero claro, al ciudadano de a pie también le llega el mensaje de que el vicepresidente de Aragón cree que Zaragoza es poco más o menos que centro neurálgico de la actividad del yihadismo y que es por eso que hay que dejar de nacionalizar en España a inmigrantes llegados de países islámicos. El mismo día en el que Inditex está apostando también por Zaragoza para una inversión millonaria y la creación de empleo en la ciudad, el líder de Vox en el Pignatelli se despacha con algo así. Y solo unos días después de homenajear a las víctimas del yihadismo del atentado del 11M en Madrid que le costó la vida a casi 200 personas... De verdad que el don de la oportunidad no le ha tocado en suerte al líder de Vox en Aragón. 

De Nolasco casi preocupa más que diga que no tiene que darle explicaciones al presidente que sus soflamas xenófobas

Pero claro, avanza el día y siguen los desbarajustes no programados sin la extrema derecha saliéndose del tiesto y eso empieza a dar que pensar que la maquinaria autonómica sigue lejos de estar engrasada. Sale públicamente el director general de Transportes, Miguel Ángel Anía, apuntando nuevamente al déficit del ferrocarril en Aragón, el elevado coste de mantenerlo (cada plaza ocupada cuesta el doble que llevar a cada viajero en taxi, apunta) y para dejar sobre la mesa la posibilidad de dejar de sostener las líneas de Binéfar y Fayón-Caspe porque es «muy difícil» costearlas –además da cifras, 2 millones al año– y le suma la impuntualidad y las incidencias en la infraestructura como motivos de peso para sopesarlo seriamente. No es el primero que lo plantea y me temo que tampoco será el último. Pero obliga a su jefe, el consejero del ramo, Octavio López, primero a matizarle con que en realidad solo quieren que Renfe mejore las prestaciones y la calidad de un servicio que la DGA está financiando a solas, y finalmente a corregirle por completo negando que el Ejecutivo se plantee en modo alguno dejar de prestar el servicio. Así que debate cerrado en cuestión de horas en el seno del departamento vía medios de comunicación. Igual una llamadita previa habría evitado ese sobresalto.

Pero son las cosas del directo, la exposición pública y de que, a lo mejor, hay mensajes que nunca se deberían pronunciar en alto aunque se piensen que son ciertos. Me creo a ambos, la verdad, al primero porque es el mismo debate de siempre y la eterna pregunta del alto coste que tiene la rentabilidad social de un servicio que nunca ha dado beneficios económicos, ni los dará. Al segundo porque sabe perfectamente que eso solivianta a quienes usan ese tren, aunque sean pocos, y que cuando alguien cierre esas líneas no les pondrá un taxi al día siguiente en la puerta para pagar la mitad que ahora. El problema real es el poso que deja de duda en el ciudadano, que inevitablemente se pregunta qué piensa realmente hacer la DGA ahora o en el futuro. La realidad es que nunca se ha abordado este debate en profundidad por parte de los partidos políticos, y nunca se hará, me temo, precisamente por esos tabús y la necesidad de ir a lo políticamente correcto siempre.

Pero me preocupa más el hincapié que hace el vicepresidente Nolasco a que no tiene por qué darle explicaciones a Azcón porque él tampoco se las pide al presidente cuando este va a hablar. A ver si con esta afición de retar a diestro y siniestro se acaba pasando de frenada un día... Porque puede sonarle hasta divertido esto de convertir cada día en una lotería, susto o bomba para el presidente, pero no me creo que a él le haga gracia. Aunque si es por la libertad, como dice Nolasco, igual sí cuela.