El grupo inversor que lidera Jorge Mas va a ser la cuarta propiedad que adquiera el Real Zaragoza desde que el club aragonés es una SAD. Hace 30 años, el 25 de marzo de 1992, el Real Zaragoza inició su conversión en Sociedad Anónima Deportiva, cumpliendo así el Real Decreto aprobado por el consejo de ministros en julio de 1991. Con un capital social de 547.870.000 pesetas en 54.687 acciones, el club completó su transformación en septiembre con Alfonso Soláns Serrano como máximo accionista con 28.000 títulos. Bernardo Martín Estiragués se quedó con 7.000 acciones y el resto quedaron repartidas entre 5.000 accionistas.
En 1993, Martín Estiragués vendió sus acciones a Soláns Serrano y su hijo pasó a ser el vicepresidente. Soláns Serrano, que ya había patrocinado al club con Pikolín, la empresa que fundó en los setenta, fue el máximo accionista y presidente hasta su fallecimiento, en noviembre de 1996. Entonces tomó el testigo su hijo, Alfonso Soláns Soláns, heredero de esas acciones. Éste estuvo al frente también como máximo accionista y presidente hasta el 25 de mayo de 2006, cuando anunció que había vendido su paquete accionarial a Agapito Iglesias, un empresario soriano que había hecho su fortuna en Aragón.
Iglesias estuvo ocho años al frente del club como máximo accionista, pero solo fue presidente en un par de etapas en 2009 y 2012, dejando la presidencia en manos de Eduardo Bandrés (2006-09) y Fernando Molinos (2012-2014). Tras multiplicar la deuda de manera alarmante, dejando al club al borde de la quiebra, el soriano vendió sus acciones en junio de 2014, primero a un grupo de ocho empresarios que no cumplieron el contrato de compraventa, y después a la Fundación Zaragoza 2032. Esta adquirió el 90,62% de las acciones de Agapito por un euro y se ha hecho cargo de la gestión del club durante casi ocho años. Ahora, por primera vez, los dueños del Real Zaragoza serán de fuera de Aragón.
