El Periódico de Aragón

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La actualidad del Real Zaragoza

Carcedo se la juega en Pilares

El técnico necesita una reacción inminente en los tres próximos partidos, ante Oviedo, Racing y Villarreal B. Esa mejoría debe llegar ante el Oviedo y el Racing, ganando al menos uno de esos choques, o contra el Villarreal B ya puede ser una final para él

Juan Carlos Carcedo, durante una rueda de prensa con el Real Zaragoza. ANGEL DE CASTRO

No ha logrado Juan Carlos Carcedo que en ocho jornadas su Zaragoza tome vuelo, con solo nueve puntos en la tabla y dos victorias en el zurrón, y enfila ya los partidos que marcan su futuro en el banquillo. De hecho, la semana de Pilares se plantea decisiva para él, con tres citas en las que pone en juego su puesto. El entrenador se la juega en los dos próximos encuentros, ante el Oviedo el domingo en La Romareda y en Santander frente al Racing el miércoles, día del Pilar, con la necesidad de reaccionar por parte del equipo y sumar al menos una victoria en ellos. Si el Zaragoza no lo consigue, ante el Villarreal B, el sábado 15 en el Municipal, puede llegar la sentencia para el entrenador en caso de no ganar al filial del submarino amarillo.

En la decisión del club la próxima semana van a pesar las sensaciones que transmita el equipo, pero la caída experimentada tras ganar a la Ponferradina y al Sporting, con un flojísimo partido contra el Mirandés, entonces colista, en Anduva y no poder superar a un Eibar con 9, ha llenado de dudas a la nueva propiedad del Zaragoza. Así, entrar en zona de descenso, ahora a tres puntos, en esa semana del Pilar, lo que es factible si no se gana ninguno de esos tres choques, sería un acicate más y no pequeño para ejecutar la salida del entrenador riojano. Además, en el último partido, ante el Eibar, ya se escucharon silbidos de la grada y dos de los tres próximos encuentros son en casa, donde solo se suman 5 puntos de 12 posibles, algo que no conviene olvidar.

Carcedo es una apuesta personal y directa del director general, Raúl Sanllehí, con el que coincidió en el Arsenal con Unai Emery de primer entrenador y que no ha perdido la ocasión cada vez que se le ha preguntado de elogiar al técnico. “Mi fe en Carcedo como director de orquesta es muy alta, primero porque sé cómo es y he trabajado con él. Y, segundo, por lo que estoy viendo aquí y lo que ha evolucionado. Conoce la categoría, le ha cogido el pulso a ser primer entrenador y a erigirse en el líder para los jugadores”, dijo por ejemplo en una entrevista con este diario el pasado 19 de septiembre. Pero ya se sabe que los clubs mandan ese tipo de mensajes, con mayor o menor vehemencia, y desde luego Sanllehí ha sido muy explícito y claro, cuando tienen que apoyar a su entrenador en su trabajo y lo dejan de hacer si ya no hay más remedio de que la cuerda se rompa. Y no hay nada más débil en el fútbol que un entrenador que no suma victorias. Y Carcedo gana, al menos de momento, muy poco y no se va a mantener al entrenador por el simple hecho de mantenerlo.

 El Zaragoza, en el proyecto de la nueva propiedad, necesita un ascenso rápido, algo que, de una manera u otra, se ha reconocido desde el principio por parte de Jorge Mas, presidente zaragocista y representante del grupo inversor, o del director general. Si puede ser este año, mejor que el próximo. Ya dijo también Sanllehí que los nuevos propietarios no estarían en la entidad ocho años sin subir como ha permanecido la Fundación hasta mayo pasado. Esta temporada, además, es el séptimo límite salarial de la categoría (10,1 millones) tras pagar la deuda con Hacienda y con los ingresos que recibió en el tramo final del verano por Pep Biel y el traspaso de Chavarría. El objetivo es subir y, aunque se admiten de puertas adentro errores en la configuración de la plantilla, sobre todo en la zona de ataque, algo que se intentará solventar en enero, el Zaragoza circula muy lejos por ahora de esa meta. En la clasificación y en las impresiones que transmite.

Dos años de contrato

A Sanllehí, director de Fútbol en el Barcelona y en el Arsenal, un hombre de acción y acostumbrado a asumir responsabilidades, no le temblará la mano llegado el caso y si el Zaragoza no reacciona para dar un volantazo en el banquillo. Carcedo, que tenía muy próximo su fichaje por el Huesca cuando en junio recibió la llamada del director general, es el entrenador con mayores emolumentos de los últimos años en el Zaragoza y algunas fuentes sitúan los mismos en torno a los 350.000 euros. Firmó, además, un contrato por dos años, por lo que su indemnización no sería escasa en caso de despido.

No quiere lógicamente el Zaragoza llegar a ese punto, pero ya se torció el gesto con el mal arranque, con el bajón en Cartagena y el terrible partido ante el Lugo, una derrota que escoció muchísimo y ya provocó los primeros movimientos sísmicos en la entidad, y ahora ha vuelto a suceder. Al Zaragoza le falta consistencia en su fútbol y capacidad en ataque, algo que no solo es responsabilidad de Carcedo, pero además vive demasiado pendiente de los rivales y todavía no se sabe bien a qué juega, cuál es la apuesta de verdad del entrenador, que ha mantenido un sistema en el 4-2-3-1 y hasta repitió once tres citas seguidas (Ponferradina, Sporting y Mirandés), pero sin embargo ha dado demasiados bandazos en la forma de juego, en la apuesta.

Con todo, por encima de sensaciones, el principal problema del Zaragoza se ve mirando a la clasificación. Decimosexto, solo 9 puntos en 8 jornadas, dos triunfos y cuatro goles marcados. Necesita Carcedo que su equipo arranque, que logre una regularidad en las victorias y que salga de la zona de abajo cuanto antes. De momento, el entrenador riojano debe conseguir una reacción numérica en una semana de tres partidos que supone los primeros días decisivos para su etapa en el Zaragoza.

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