La opinión de Sergio Pérez

Víctor Fernández, Bakis y la fórmula de la Coca-Cola

En su vuelta al club hace quince días, Víctor Fernández se encontró 28 goles en el casillero de tantos a favor en 30 jornadas. Dos después, la cifra permanece invariable. Mientras el equipo se ha parado por su incapacidad para marcar, el reto del técnico es de dificultad. Está intentando dar con la fórmula de la Coca-Cola, un secreto que nadie ha descubierto en toda la Liga, en dos meses a contrarreloj.

Bakis pelea un balón en el partido frente al Mirandés.

Bakis pelea un balón en el partido frente al Mirandés. / CARLOS GIL-ROIG

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Víctor Fernández es el tercer entrenador del Real Zaragoza esta temporada. Es decir, si el equipo no hubiera sufrido problemas de una dimensión muy relevante, el aragonés no estaría hoy aquí. Uno de esos grandes agujeros, seguramente el mayor, es la falta de gol, el lastre principal que ha impedido pensar en empresas mayores durante toda la Liga junto a las enormes dificultades para producir fútbol ofensivo limpio, constante y de cierta calidad.

En su vuelta al club hace dos semanas, Víctor Fernández se encontró 28 goles en el casillero de tantos a favor en 30 jornadas. Dos después, la cifra permanece invariable como una burla permanente del destino, que se aparece de manera fantasmal cada semana y en cada campo. A Víctor se le presentó frente al Espanyol el día de su debut y este domingo también en Miranda.

Dos partidos dirigidos, cero goles a favor. Algo duro para un entrenador amante del fútbol de ataque, del toque de corneta y de la belleza del juego, pero que se encuentra delante de su propia antítesis. Al Real Zaragoza le cuesta un mundo marcar: su media es de 0,87, un dato terrorífico. Ese déficit desmedido lo ha sufrido Víctor en su redebut en el banquillo. Encontrarle remedio en las diez jornadas finales es la parte y el todo de la solución a los males del Real Zaragoza y el único camino para no meterse en problemas indeseados.

Tras el 0-0 de Miranda, Fernández trazó perfectamente las líneas que el equipo ha de dibujar para encontrar la luz: tener más pausa, más precisión y más calidad en los últimos 30 metros, ser más atrevido en el uno contra uno y tener más veneno en las acciones finales. Ahí es donde necesitará que alguno de sus delanteros, especialmente Bakis, que es a quien ha fiado su fortuna, dé el salto adelante que no ha dado en ocho meses de campeonato. De momento, el resto son actores secundarios: Azón y Vallejo han sido suplentes y Enrich ni ha participado. A Maikel Mesa lo mantiene en el campo porque su relación con el gol es muy superior a la de sus compañeros. En Anduva fue quien acarició el gol, aunque no lo logró.

A Bakis Víctor lo vio más participativo y observó en él una lenta mejoría aunque con muy poca presencia en el área. También le pidió aumentar sus prestaciones. El técnico lo está tratando con un mimo personal y profesional especial, pero sus goles siguieron sin llegar otra semana más. Ni los suyos ni los de nadie. El Real Zaragoza necesita encontrarlos como el comer. Es un tema complejo en un equipo reñido con esa suerte y con una plantel de jugadores sin confianza, decaídos, lejos de lo que fueron hace una primavera y mentalmente en estado de duda. Mientras el equipo se ha parado por su incapacidad para marcar, el reto de Fernández es de dificultad: está intentando dar con la fórmula de la Coca-Cola, un secreto que nadie ha descubierto en toda la Liga, en dos meses a contrarreloj.