Unos 700 inmigrantes, según los cálculos de la Policía, intentaron entrar ayer por la mañana en Melilla en dos saltos masivos a la valla fronteriza con Marruecos. Solo 145 lograron su objetivo y entraron a la carrera en el Centro Temporal de Inmigrantes (CETI), mientras que el resto fue repelido por los agentes marroquíes y la Guardia Civil. Entre estos últimos se encuentran 150 personas que permanecieron durante seis horas encaramados en la valla. En los saltos resultaron heridos de diversa consideración doce agentes y seis inmigrantes.

El primer salto se produjo sobre las seis de la mañana, cuando unos 500 inmigrantes, divididos en al menos dos grupos, intentaron saltar la valla en varios puntos en la zona comprendida por el Barrio Chino y Beni Enzar.

Tras ser contenidos en primera instancia por los agentes marroquíes, los inmigrantes se repartieron en grupos y volvieron a intentarlo desbordando ya a la Guardia Civil, que no pudo evitar la entrada en Melilla de 145 de ellos. Como ya es habitual en los últimos saltos, se dirigieron a la carrera hacia el CETI con gritos de Bossa, bossa (victoria).

LEY DE EXTRAJERÍA Parte del grupo que fue repelido permaneció unas seis horas en el espacio que separa las dos alambradas, encaramados a la verja exterior del vallado fronterizo o bien rezagados en la zona de entre vallas, según fuentes de la Delegación del Gobierno. Este espacio es motivo de polémica porque el Gobierno considera que no es territorio español hasta que no se traspasa la segunda valla, una tesis que le permite ejecutar las llamadas devoluciones en caliente a Marruecos. Sin embargo, tanto las oenegés que trabajan en la zona como la Defensora del Pueblo han señalado que esta zona sí es territorio español y por tanto, a los inmigrantes que lleguen hasta ahí habría que aplicarles la ley de extranjería y abrir por tanto un expediente de expulsión.

La presión de los agentes españoles, que desplegaron un fuerte dispositivo para hostigarles e impedir su entrada, provocó que poco a poco los 150 inmigrantes fueran descendiendo para ser devueltos a Marruecos. Antes de ese momento, se enfrentaron a la Guardia Civil para intentar quitarles las defensas, llegando a apoderarse de algunos cascos y porras e incluso arrojando a los agentes prendas de vestir a las que habían prendido fuego.

La Delegación del Gobierno informó de que además de atender a algunos inmigrantes a pie de valla, otros cinco tuvieron que ser trasladados hasta el Hospital Comarcal al presentar traumatismos, contusiones y otras lesiones leves. Tras ser dados de alta fueron trasladados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). También resultaron heridos 12 agentes, en su mayoría por multicontusiones --uno de ellos tras caerle un subsahariano encima desde una farola--, erosiones y golpes.

SEGUNDO INTENTO El segundo intento, protagonizado por otros 200 inmigrantes que aguardaban agazapados en torno al perímetro fronterizo, se produjo sobre las 10.45 horas en la zona de Vaguada Linares, aunque el salto, muy violento según Interior, fue frustrado por los agentes de la Guardia Civil y las fuerzas de seguridad marroquíes.

La jornada de ayer complicó la difícil situación que vive el CETI, que ya alberga a más de 1.900 personas, casi el cuádruple de su capacidad. Esta última entrada obligó a instalar dos tiendas modulares del Ejército y 40 literas triples.

Melilla vive una extrema presión migratoria desde hace meses, si bien en el 2014 ha registrado un repunte con al menos quince asaltos en apenas cinco meses, en los que conseguieron entrar unas 1.300 personas.