Así se hacen las 'hostias consagradas' que se reparten en la Iglesia

Muy pocas personas conocen el proceso de elaboración de este alimento

La 'hostia consagrada' representa el Cuerpo de Cristo.

La 'hostia consagrada' representa el Cuerpo de Cristo. / PIXABAY

D. Cruz

Ir a misa es sinónimo de ingerir el Cuerpo y la Sangre de Cristo en plena Eucaristía. Representados con la 'hostia consagrada' y el 'vino tinto', estos alimentos nos llevan acompañando en el cristianismo más de 2.000 años. ¿Nunca te has preguntado cómo se prepara una 'hostia consagrada' y qué ingredientes lleva? ¿Son aptas para personas celíacas?

Para elaborar 'hostias consagradas' tan solo necesitas agua y una mezcla de harinas de diferentes variedades de trigo. Una de ellas, rica en Gluten, es la que permite obtener la textura tan característica de este 'alimento' cristiano.

Cuando obtienes la masa, la extiendes y se calienta entre dos planchas a 170º para que el agua restante se evapore. Así, se consiguen láminas de pan seco y crujiente que luego son humedecidas en agua. Finalmente, con un cortamasas especial para 'hostias consagradas', se corta a la forma específica y se dejan airear entre 5 y 6 días.

Aunque ahora la 'hostia consagrada' es una 'hostia' tal y como la conoces, cuando la Iglesia Católica estaba comenzando, el Cuerpo de Cristo se ejemplificaba con pan de uso cotidiano que los primeros fieles llevaban a la Eucaristía. No fue hasta el siglo XII cuando se empezaron a utilizar estas alternativas, cuando el cristianismo se expandió lo suficiente y con el objetivo de no dejar 'migas' de pan en el suelo.