Los tres métodos para eliminar el gotelé de casa
Cada una tiene sus ventajas y sus desventajas
En los años 80 y 90 se puso de moda el uso del gotelé en las viviendas. Primero porque era una de las grandes tendencias de aquellos días tanto en materia de construcción como para los clientes, a los que les gustaba. Y en segundo lugar, ya que permitía de una manera sencilla y con una técnica económica tapar posibles desperfectos de las paredes.
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Ahora bien, aunque hay modas que van y vienen, que se marchan y que nunca vuelven o que se marchan y vuelven, el gotelé lo cierto es que lleva años en desuso y por eso hay muchas personas que prefieren quitarlo.
Es cierto que tiene la ventaja de disimular desperfectos, pero también es más complicado pintar las paredes y además dificulta, por no decir que imposibilita, el uso del papel pintado o de los vinilos que tan bien quedan en una estancia.
Primer paso, saber el tipo
Hay dos tipos de gotelé y es lo que va a marcar la diferencia. O más bien qué decisión tomar, porque uno es bastante más fácil de eliminar que el otro. Los dos tipos son plástico o al temple y para comprobarlo solo debes humedecer una zona con agua. Si se absorbe y se puede eliminar con facilidad es al temple y estás de enhorabuena, pero si es plástico resbalará el agua y tendrás que optar por otras soluciones.
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Lijar la pared
Dependiendo del tipo de gotelé que tengas podrás raspar con una espátula después de humedecer la pared (tampoco inundarla) y, con mucha paciencia, ir rascando. En caso de que sea gotelé plástico necesitarás producto específico que ablande la pintura. Tras retirar el gotelé hay que arreglar con masilla los desperfectos, después lijar para igualar, limpiar la supercifie, dar una capa de imprimación y pintar.
Cubrirlo con masilla
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Es quizá la opción preferida porque es fácil de aplicar. Existen masillas llamadas cubregotelé que vienen en polvo para mezclar con agua o directamente listas para aplicar con la consistencia adecuada. Simplemente hay que aplicar por la pared con una llana, después lijar con cuidado para igualar y, por último, pintar. No son muy caras y a poco que tengas maña lo puedes hacer tú mismo.
Cartón yeso
Perderás un par o tres de centímetros de pared, pero no hay solución más fácil que emplear placas de cartón yeso tipo pladur. Solo tendrás que marcar dónde tienes enchufes, agujeros o cables para que no se queden enclaustrados. Es una alternativa económica y la más sencilla si no quieres complicarte la vida.
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