El azúcar es uno de los grandes enemigos de la buena alimentación y de una dieta sana. Hay que consumir como máximo el 10% de nuestra ingesta diaria, pero los alimentos, especialmente los procesados, lo contienen de forma añadida y eso hace que lo ingiramos sin darnos cuenta.

Aparte de que consumirlo en grandes cantidades tiene repercusiones negativas en nuestro organismo, tanto que incluso puede originar problemas graves de salud, como por ejemplo la diabetes, que es un peligro para las personas que la sufren.

Y para perder peso también está más que prohibido, porque un exceso de los niveles de fructosa propicia que el hígado "se inunde" y lo convierta en grasa abdominal. De hecho, solo quitándote el azúcar puedes hasta perder cinco kilos de peso en un mes.

Por otra parte, genera adicción, puede ocasionar cáncer... En definitiva, que solo de forma moderada. Por eso, cada vez hay más sustitutivos del azúcar, es decir, endulzantes que son naturales o químicos, que cumplen la misma función que el azúcar refinado, y que tienen o muchas menos calorías o incluso ninguna. Y, por supuesto, son mucho más sanas.

Las más populares

La primera alternativa, que es muy popular, es la stevia, que debe su nombre a que se extrae de una planta que lleva su misma denominación. No tiene nada de calorías, con solo unas gotas basta para endulzar y, al contrario que el azúcar, no daña los dientes. En definitiva, un as.

En cuanto a los siropes, hay que dos que destacan, que son el de agave y el de arce. El primero es tipo a la miel, pero con mayor ligereza, mientras que el de agave tiene tantas propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y minerales que llamarlo solo endulzante es quedarse corto.

También otro clásico entre los clásicos que cada vez tiene menos popularidad pero que sigue en buena forma es la sacarina, que aunque es artificial no tiene calorías. Luego está el ciclamato, que no se usa tanto.

Y por último, otro producto que ha adquirido una gran popularidad es la panela, que se obtiene del jarabe de la caña de azúcar. Tiene glucosa, fructosa, vitaminas y minerales y no tiene químicos ni se ha refinado. Eso sí, aunque tiene menos calorías que el azúcar y es bastante más sano, no quiere decir que no las posea.