El Periódico de Aragón

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La ‘trampa’ de La Romareda

Azcón presenta su plan para construir el estadio sin que le cueste dinero a la ciudad y logra que Vox, Podemos y hasta el PSOE voten a favor, pero el apoyo socialista no es definitivo

Jorge Azcón saluda a Lola Ranera antes de iniciar su discurso. | JAIME GALINDO

Si algo ha dejado claro el maratoniano y agotador debate sobre el estado de Zaragoza es que el bipartidismo ha vuelto a la casa consistorial y que el resto de formaciones juegan un papel secundario. PP y PSOE redujeron el foco de sus críticas y se centraron el uno en el otro. Ni el conservador Jorge Azcón perdió el tiempo en desprestigiar a ZeC y Podemos recordando su legado, ni la socialista Lola Ranera lo hizo con Vox o Cs.

Azcón ganó el debate, como sucedió con Javier Lambán una semana antes en Las Cortes. Ambos líderes son la oposición del otro y así lo demuestran continuamente. Ni al popular le hizo gracia que Zaragoza copara la mayoría de los grandes anuncios de Lambán, ni al socialista le gustó la estrategia que ha diseñado Azcón con el futuro de La Romareda, que ha puesto entre la espada y la pared a su formación.

La modificación

En todas las quinielas aparecía el futuro del campo de fútbol como tema central del discurso del alcalde, que sigue sin desvelar si cambiará de casa y se irá al Pignatelli. Habrá que esperar para conocer su decisión, que no parece que vaya a desvelar hasta pasadas las navidades.

Independientemente de lo que decida, el regidor ha puesto sobre la mesa la solución para financiar la construcción del nuevo campo sin que le cueste ni un euro ni al ayuntamiento ni al Gobierno de Aragón, evitando así un problema para ambas instituciones. Una alternativa diseñada mano a mano con el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, que solo necesita de dos votos más para salir adelante, como los de Vox.

La propuesta es relativamente sencilla y dejó tan fuera de juego al PSOE que su primera reacción fue sembrar dudas sobre su legalidad. Primero lo hizo el consejero de Hacienda, Carlos Pérez Anadón, al término del discurso del alcalde y, horas más tarde, Lola Ranera.

Lo que quiere hacer Azcón es modificar el planeamiento urbano para que el Real Zaragoza explote la mitad de los suelos que rodean al campo y, así, financie las obras con los beneficios que obtenga durante los próximos 75 años. La otra mitad se vendería para financiar la adecuación de las riberas del Huerva. Dos proyectos de ciudad tan necesarios como demandados, por lo que no es fácil justificar un voto en contra. Un legado que quiere dejar el conservador que, con su jugada, ha conseguido el primer ‘sí’ del PSOE, aunque sea con condiciones.

Predebate 8 El consejero Carlos Pérez Anadón y el concejal Víctor Serrano. | JAIME GALINDO

En el debate cada grupo presenta sus propuestas, que vienen a reflejar sus intenciones y su modelo de ciudad. El PP registró una proposición para iniciar la modificación del PGOU con la que incluir usos terciarios en la parcela del campo que explotará el Zaragoza. Salvo ZeC, todos los partidos votaron a favor. Lo hicieron condicionando su apoyo definitivo al expediente que se elevará a la comisión de Urbanismo el próximo día 21, pero lo cierto es que Azcón terminó su debate con el apoyo de cuatro partidos de cinco: PP, Cs, Vox, PSOE y Vox.

La condición del PSOE: negociar

Pues bien. El día después el PSOE quiso dejar bien claro que lo que habían apoyado era su transacción, con la que obligaba al Gobierno de PP-Cs a «negociar» la modificación. Nada más, decían.

«Si quiere contar con el PSOE tendrá que negociar», advirtió este viernes Lambán, que ya no habló de ilegalidades o «irregularidades» porque, matizó, desconocen el proyecto.

En el debate se habló de temas más importantes que el futuro de La Romareda, como la eficiencia energética, el medio ambiente, el acceso a la vivienda o la movilidad. Es cierto, pero el futuro del estadio y el entramado político que rodea su reforma ha dejado un eco que seguirá retumbando durante las próximas semanas.

Porque está por ver qué hará Vox, que pidió tiempo para estudiar el expediente, y, sobre todo, qué hará el PSOE, que asegura que no pondrá «palos en la rueda».

El día 21 es clave porque el resultado de la primera votación del proyecto permitirá que Azcón cumpla sus tiempos y se convierta en el alcalde que logró impulsar la construcción del nuevo estadio, aunque vea las obras desde otra casa, como la de Las Cortes. Eso si se vota, porque es posible que alguna que otra formación pida más tiempo para analizar la modificación y solicite la retirada del expediente.

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