El futuro del estadio de fútbol

La izquierda alerta de la privatización de La Romareda

Podemos avisa de que retirará su apoyo al proyecto si se acepta la alegación del Zaragoza / El alcalde asegura que el suelo seguirá siendo público y cuenta con el apoyo de Vox

Vista aérea del estadio de La Romareda.

Vista aérea del estadio de La Romareda. / ANGEL DE CASTRO

Carlota Gomar

Carlota Gomar

Vuelve la polémica al Ayuntamiento de Zaragozaen torno al futuro de La Romareda. La alegación al proyecto presentada por el club, en la que pide que se recurra a la fórmula del derecho de superficie para explotar durante 75 años el campo y rentabilizar así la inversión, no ha gustado nada en la bancada de la izquierda, que alerta de que, de aceptarse, el estadio acabará privatizado. No lo ve así el alcalde Jorge Azcón, que insiste en que la titularidad del campo siempre sería municipal y que, tras el periodo de cesión, revertiría a la ciudad.

El Real Zaragoza presentó una alegación al plan Romareda pidiendo más tiempo para gestionar y explotar el nuevo campo de fútbol, hasta 75 años. Es el periodo que estima necesario para amortizar la inversión de lo que costará construir un nuevo estadio cuatro estrellas, apto para albergar competiciones internacionales como el Mundial 2030.

Desde la dirección del club explican que para poder costear la obra tendrá que recurrir a fondos de inversión que, señalan, no apostaran por el proyecto si no se garantiza una rentabilidad de casi el 6%. Para ello, proponen que la fórmula jurídica de cesión del terreno sea mediante el derecho de superficie, que le permitiría explotarlo durante 75 años, en lugar de aprobar una cesión demanial por un máximo de 50 años. Pero donde radica la polémica está en la catalogación que adquiriría el campo, que pasaría a tener una calificación de «sistema general de equipamiento privado».

Para el PSOE y Podemos está claro, esto supone «privatizar» La Romareda, dar alas al club para hacer y deshacer a su antojo, por mucho que el Real Zaragoza garantice que el ayuntamiento tendrá facultades de control sobre los proyectos edificatorios y el proceso constructivo, y le permita hacer uso de las instalaciones para celebrar grandes eventos.

Según el socialista Horacio Royo, si se acepta esta alegación se modificará «sustancialmente» la propuesta del Gobierno de PP-Cs, que «no era tan sencilla ni blanda como se decía». Royo recordó que desde su formación ya habían advertido de que Azcón y el club apostaban por esta fórmula, por el derecho de superficie, y, denunció, es lo que han estado negociado. «El alcalde ha hecho un ejercicio permanente de ocultación y mentira en el que ha aprovechado la relaciones de algunos de los inversores en un proceso de negociación entre bambalinas que no quería contar a los ciudadanos y la hoja de ruta era el instrumento de ocultación de los planes», criticó.

Desde Podemos, Fernando Rivarés advirtió que, si PP y Cs aceptan la alegación, retirarán su voto a favor del proyecto en la aprobación definitiva porque supone «violar» el acuerdo alcanzado, en el que el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, se comprometió a que «ningún tercero pueda registrar la propiedad, total o parcialmente, como propia», como sucedería si se opta por el derecho de superficie.

Según explicó Serrano, esta fórmula permitiría al Zaragoza inscribir «el vuelo» con un plazo determinado de manera que, al finalizar, el ayuntamiento recuperaría la titularidad. Tanto Serrano como el alcalde insistieron en que el suelo seguiría siendo público, por lo que entienden que no se incumpliría ningún acuerdo con Podemos.

Aún así, Azcón contará con el apoyo de Vox para sacar adelante esta operación. Su portavoz, Julio Calvo, avaló la propuesta del club. Señaló que, siempre que no le cueste dinero a la ciudad y el consistorio cobre un canon, apoyará el proyecto.

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