Instalaciones municipales

El ayuntamiento se gasta 70.000 € en limpiar el interior del Luis Buñuel

El nuevo centro de mayores abrirá a finales de este año, tras la reforma del centro. Los trabajos, que se prolongarán durante cuatro meses, costarán 513.238 euros

El instituto Luis Buñuel lleva cerrado desde que fue desalojado el pasado mes de febrero.

El instituto Luis Buñuel lleva cerrado desde que fue desalojado el pasado mes de febrero. / ANDREEA VORNICU

Carlota Gomar

Carlota Gomar

El antiguo instituto Luis Buñuel de Zaragoza volverá a abrir sus puertas el próximo invierno, a finales de año. El ayuntamiento, que desalojó las instalaciones el pasado mes de febrero, continúa con las labores de limpieza, desinfección y desratización del centro y ya se ha gastado 70.000 euros. Un proceso que se ha prolongado en el tiempo por la cantidad de enseres y elementos inflamables que había acumulados en la primera planta, donde también se ha detectado la presencia de roedores. 

En paralelo, la licitación para acometer las obras de adecuación de la planta calle, la que será reconvertida en un centro de mayores, es inminente, de manera que la adjudicación se formalizará este mismo verano, ha explicado el concejal de Participación Ciudadana, Javier Rodrigo.

El periodo de obras, cuyo coste ascenderá a los 513.238 euros, será de cuatro meses y permitirán dotar al centro de un comedor, una cafetería y un salón de actos de 207 metros, entre otras dependencias. 

El Gobierno de Jorge Azcón dio la orden de desalojar el centro en febrero, después de que la Justicia concluyera que la cesión del antiguo instituto no se había hecho correctamente. El Centro Social Comunitario Luis Buñuel okupó el centro hace una década y no fue hasta 2018 cuando empezó a desarrollar sus actividades legalmente. Fue con el alcalde Pedro Santisteve, con vínculos directos con la entidad, cuando se firmó el convenio de cesión de las instalaciones que acabó siendo anulada por la Justicia. Desde el día de su desalojo el antiguo instituto permanece blindado para evitar que vuelva a ser okupado. 

En principio, los distintos colectivos solo podían hacer uso de la planta calle, la única que estaba preparada y cumplía con todas las medidas de seguridad, pero tras su desalojó se comprobó que la primera planta había sido utilizada. Además de haber cámaras de videovigilancia ilegales, había todo tipo de objetos acumulados por las distintas salas, antiguas aulas. Había restos de ropa vieja, de sofás rotos y mugrientos, de cajas, plásticos, botes de disolvente y pintura, juguetes, colchones, mantas y cualquier cosa que uno pueda imaginarse que se han ido retirando desde entonces. 

Según Rodrigo, con la apertura del centro a finales de año se estará dando cumplimiento a una promesa del actual equipo de Gobierno. «Ahora todos los ciudadanos podrán disfrutar de este equipamiento», ha afirmado tras defender la necesidad de abrir un centro de mayores por el alto porcentaje de personas mayores que habitan el barrio.

El proyecto

La primera fase del proyecto contempla la renovación de toda la planta baja, que tiene una superficie de 1.722 metros cuadrados, de los que se acondicionarían 1.424 con capacidad para albergar hasta a 603 personas.

En concreto, la propuesta plantea crear una cafetería con comedor, un salón de actos o sala polivalente con sus vestuarios, otra intergeneracional junto a la entrada, un aula TIC con terminales y wifi, un espacio de realidad virtual para actividades de apoyo cognitivo, ocio y cultura, además de salas para realizar talleres y actividades dinámicas con gimnasio.

Este centro de convivencia, con todos estos servicios, se convertiría en el cuarto más grande de la capital aragonesa y el segundo que se ha impulsado en esta legislatura, junto al de Universidad.