movimientos sociales

Un año del desalojo del Buñuel: "Vamos a seguir luchando por encontrar un espacio"

El 8 de febrero de 2023, el Ayuntamiento de Zaragoza ejecutó el desalojo del centro social comunitario tras recibir el aval judicial. 12 meses después, las entidades se han reubicado

EN IMÁGENES | Avanzan las obras del Luis Buñuel para su reapertura en septiembre convertido en un centro de mayores

Cuatro policías nacionales custodiando la entrada al antiguo IES Luis Buñuel, hace justo un año.

Cuatro policías nacionales custodiando la entrada al antiguo IES Luis Buñuel, hace justo un año. / JAIME GALINDO

Iván Trigo

Iván Trigo

Hace justo un año, el 8 de febrero de 2023, el Gobierno del PP al frente del Ayuntamiento de Zaragoza ejecutó el desalojo, con el aval de la Justicia, del antiguo instituto del Luis Buñuel, acabando así con un proyecto de centro social comunitario que llevaba una década asentado en el barrio del Gancho. «Lo comunitario y la autogestión molesta, pero queremos demostrar que no hemos parado ni un solo día en todo este tiempo y que vamos a seguir luchando por tener un espacio donde podamos estar todos juntos huyendo del individualismo», dice ahora un miembro de la asamblea del Buñuel.

Para recordar este «triste aniversario», los colectivos que daban vida al Buñuel, así como «todos los vecinos del Gancho que quieran mostrar su apoyo», están llamados a participar esta tarde en una concentración en la plaza Santo Domingo. A las 18.00 se organizará una exposición fotográfica y a las 19.00 será la protesta.

«Nos queda la desesperación de saber que el ayuntamiento no ha hecho caso a nuestras solicitudes. Hemos pedido reuniones para poder salvar todas las actividades que se realizaban en el Buñuel, pero jamás hemos obtenido respuesta», lamentan ahora desde la asamblea que gestionaba el edificio, situado en la plaza Santo Domingo de la capital aragonesa.

La Olla Comunitaria se ha reubicado

En el momento del desalojo, unas 40 entidades de todo tipo tenían cobijo dentro del Buñuel, donde organizaban actividades de todo tipo. «Cada colectivo ha tenido que buscarse la vida. Los que tenían más arraigo en el barrio se han quedado en el Gancho y han buscado espacios en las asociaciones vecinales», explican desde la asamblea. Un ejemplo es la Olla Comunitaria, que reparte comida caliente a los vecinos vulnerables del barrio todas las semanas.

Desde el desalojo, los voluntarios de la Olla Comunitaria trabajan en el local de la Asociación Vecinal Lanuza Casco Viejo, en la calle San Pablo. Cada sábado, unas cien personas se acercan hasta este punto para recibir un plato de alimento. Diez voluntarios se encargan del reparto y la comida la consiguen gracias a las donaciones de los propios vecinos y comerciantes de San Pablo.

En este mismo local tienen lugar también otras actividades que antes se desarrollaban dentro del Buñuel, como talleres con niños en Carnaval y Halloween. «En el barrio no hay nada para ellos», lamentan.

Otro colectivo que también se ha quedado en las calles del barrio es Teatro Comunitario del Gancho, que durante todo este año «ha ido pululando» por diferentes espacios que ha ido encontrando y que le han cedido otras asociaciones. «El edificio del Buñuel nos daba mucha flexibilidad y nos facilitaba mucho poder organizar todo tipo de actividades culturales», explican.

Reclamación de más de 183.000 euros

Dada la amplitud del inmueble, una banda de música podía ensayar en un ala del edificio mientras en otra parte se desarrollaban otro tipo de actividades sin que los decibelios causaran molestia alguna. «La versatilidad que teníamos es imposible de encontrar en un centro cívico», lamentan.

Otras organizaciones, por su parte, como la asamblea de Stop Desahucios y la de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, han tenido que moverse del Gancho para seguir reuniéndose. «No hay espacios suficientes», lamentan.

El objetivo de la concentración de hoy es «volver a verse las caras». «Es injusto el trato que nos han dado después de años aportando», lamentan desde la asamblea del Buñuel. Además, ahora, el ayuntamiento estudia reclamar a los responsables del antiguo centro social comunitario los 183.645€ que costó limpiar el antiguo instituto tras el desalojo. «Vamos a enseñar fotos para demostrar que lo dejamos limpio. No pueden culparnos de toda la basura que había acumulada en un edificio que llevaba décadas abandonado porque no utilizábamos todas las estancias», dicen. «Dimos mucho a este barrio», insisten.

Un año después, el ayuntamiento ha empezado ya las obras para convertir la primera planta del edificio en un centro de mayores. «Al Buñuel venía también gente mayor. Venían a hacer baile en línea o jugaban su partida de guiñote. Y mezclados con personas de todas las edades. Ahora van a estar más aislados y seguro que no están tan comodos», advierte otro miembro de la asamblea del centro social. 

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