La evolución del sector

El pequeño comercio aún tiene sitio en la foto del centro de Zaragoza

La colonización de Independencia por las grandes firmas se mezcla con la presencia de negocios tradicionales en calles adyacentes como San Miguel o Don Jaime

Un paseo de dobles fachadas

El paseo Independencia de Zaragoza está atrayendo cada vez a más grandes marcas.

El paseo Independencia de Zaragoza está atrayendo cada vez a más grandes marcas. / María Muñoz

Alberto Arilla

Alberto Arilla

El comercio está en constante evolución. Cada época tiene su ritmo, y los cambios en las estrategias de las grandes marcas repercuten de forma directa e indirecta a los pequeños negocios que antaño ocupaban locales en calles que mudan su piel para transformarse a demanda del mercado. Una coyuntura a la que Zaragoza no es inmune, como demuestran los últimos movimientos en una de sus vías más emblemáticas, el paseo Independencia, convertida en los últimos tiempos en su particular 'milla de oro'.

Y es que los 400 metros que recorren los zaragozanos de plaza España a plaza Aragón se han convertido en el epicentro comercial del centro de la ciudad, con firmas potentes que se asientan en unos locales que ya parecen reservados para ellas. Las últimas muestras son fácilmente detectables, con el próximo cierre de la papelería SB y la tienda de decoración Isana como ejemplos más recientes. Dos negocios, sobre todo el primero, que han nutrido las necesidades concretas de los ciudadanos de la capital, atendiendo nichos que ahora acaparan las grandes cadenas. Pero no han sido las únicas.

Bien por jubilación, bien por causas económicas, históricos comercios se han visto obligados, en el mejor de los casos, a desplazarse a las calles adyacentes. Algo que no es en absoluto exclusivo de la capital aragonesa, con el caso de Madrid –salvando las distancias, claro– como mejor reflejo. Así lo apuntan desde la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS), cuyo presidente, Antonio Tornos, no esconde a este diario su "inquietud" por el comercio minorista. "Los negocios familiares, como sucede con la hostelería, están desapareciendo", dice.

En la misma línea, pero más optimista, se muestra el secretario general de ECOS, Vicente Gracia, quien ve en Independencia el reflejo de lo que ya ha sucedido en otras grandes ciudades. "El primer efecto que tiene este desplazamiento de las grandes marcas al centro es el aumento del precio de los alquilere", sostiene Gracia, que habla de cómo las franquicias se interesan y "empujan" por algunos locales. "Es algo que siempre pasa en las zonas de 'muerte de éxito', lo que provoca que los pequeños comerciantes se desplacen a las calles cercanas", prosigue.

De esta forma, vías como Don Jaime o San Miguel ya representan una alternativa real para ellos, especialmente esta última, que con su reforma les ofrece, según la opinión de Gracia, un "futuro". Una situación a la que acompañarán en los próximos años las reformas de calles como el Coso, tradicionalmente asociado a la banca, que probablemente dejará bastantes locales vacíos en su zona media. Asimismo, en el "segundo centro" de Zaragoza, el del entorno del paseo Damas y León XIII, ya están quedando emplazamientos disponibles, algo "impensable" hasta hace bien poco.

Centros comerciales

En cambio, este nuevo paradigma no tiene por qué ser negativo, como explica Óscar, propietario de un negocio de equipajes en la calle Don Jaime. "Es ley de vida. Nosotros antes estábamos en Las Fuentes, y hace 26 años nos mudamos al centro por los cambios en los hábitos", narra, al tiempo que se muestra optimista de cara al futuro, aunque "sin volverse locos". Para ello, en cualquier caso, será óbice adaptarse a los nuevos perfiles, como el comercio "online", con herramientas como la lanzada en diciembre por ECOS como soporte para que el negocio minorista no se quede atrás, sin perder , eso sí, su esencia.

Por otra parte, Zaragoza es desde hace años una ciudad "saturada" de centros comerciales, como remarcan desde ECOS, lo que demuestra, a juicio de su presidente, que "nadie escapa a la crisis". Algo que está viviendo en sus carnes Grancasa, lugar de referencia hasta hace no mucho que va a perder antes de verano a dos de sus buques insignia: Zara y H&M. Desde el centro comercial, en cambio, aseguran que son un "espacio vivo", con su reciente reforma como mejor ejemplo, aunque admiten que se están adaptando "a los nuevos estilos de vida". 

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