Un proyecto estratégico

El futuro de la nueva Romareda: El sudoku a resolver para que el plan inicial no se quede en fuera de juego

Los implicados en la reconstrucción del estadio insisten en que será posible jugar durante las obras

La opción ‘b’ en el Parking Norte, adelantada por este diario, permitiría ganar en tiempo y comodidad

César Azcárate, arquitecto de Idom, y la alcaldesa Natalia Chueca en la presentación del proyecto, el lunes.O

César Azcárate, arquitecto de Idom, y la alcaldesa Natalia Chueca en la presentación del proyecto, el lunes.O / Jaime Galindo

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Apenas le quedan cuatro partidos al Real Zaragoza para despedirse de La Romareda tal y como la conocemos hasta ahora. El primer fin de semana de junio será la última vez que el club maño disfrute del aspecto actual del estadio. Tras ese encuentro, en el que el conjunto de Víctor Fernández despedirá la temporada frente al Albacete, La Romareda vivirá un 'impasse' de un mes hasta que, el sábado 6 de julio, Enrique Bunbury ofrezca un concierto que sonará a despedida, pues ese mismo lunes, día 8, está previsto que empiece a llegar la maquinaria al estadio para comenzar con los primeros derribos en el Gol Sur y comenzar con una reconstrucción necesaria, deportiva y políticamente, que cambiará por completo la cara del hogar zaragocista para las próximas décadas.

Hasta ese punto, toda la información no variará ni un ápice. La primera fase de las obras, que se adjudicarán en breve tras presentarse seis empresas al concurso, tendrá un plazo muy ajustado de seis meses y también incluirán la demolición de los edificios del Cubo y de la Gerencia de Urbanismo. El objetivo, y así lo siguen defendiendo los actores implicados, es el de compaginar el proceso de reconstrucción con la competición oficial durante las próximas cinco temporadas.

Una idea ambiciosa que, debido a lo excepcional de su planificación, presenta una serie de incógnitas que deberán despejarse en los próximos meses. Es por ello que, tal y como ha venido contando EL PERIÓDICO en exclusiva desde el pasado 21 de marzo, la opción de levantar una pequeña Romareda en los suelos del Parking Norte de la Expo como hogar provisional del Real Zaragoza durante algunas fases de la obra ha ganado muchos enteros para ser llevada a la práctica. Con todo, esta posibilidad no está confirmada oficialmente, por lo que la hoja de ruta, al menos de cara a la galería, sigue siendo la misma, con sus pros y con sus contras. Estas son las certezas y dudas que existen a día de hoy.

La primera temporada

La próxima liga coincidirá con la primera fase del proyecto, que afectará esencialmente al graderío sur, el que da a la calle Jerusalén, que será desmontado y demolido y cuya estructura será levantada. Incluso los primeros asientos de esta parte se podrían estrenar ya a finales de la 24-25. En principio, esta es la temporada en la que menos inconvenientes tendría que haber para poder compaginar el fútbol con la reconstrucción, aunque es cierto que esa zona, en obras, deberá ser cubierta con una lona o un muro provisional mientras se disputen los partidos, igual que ha sucedido recientemente con estadios como San Mamés en Bilbao o Balaídos en Vigo.

La delicada tribuna Este

Es a partir del verano del 2025 cuando el proceso de derribo y reconstrucción se antoja más complicado. Una de las promesas de la sociedad mixta encargada del proyecto es la de mantener un mínimo de 20.000 espectadores durante el tiempo que duren las obras. Para ello, será primordial haber cumplido con la fase anterior al milímetro, para que los abonados puedan seguir reubicándose en las zonas no derribadas e incluso en los graderíos que poco a poco vayan levantándose. Desde el sector de la construcción ya avisan, no obstante, de que los plazos de los primeros pliegos, que ascienden a seis meses, son "muy ajustados", por lo que cualquier contratiempo podría cambiarlo todo.

La tribuna Este, además, tiene una serie de condicionantes que la hacen más especial que al resto. El más evidente, más allá de cuestiones logísticas, es su cercanía a los accesos al hospital Miguel Servet, ya de por sí saturados cuando juega el Real Zaragoza y a los que ahora habría que añadir el factor extra de unas obras que deberán cumplir con todas las condiciones de seguridad para con los aficionados y viandantes que pasen por esa parte del estadio. Es aquí donde el posible 'plan b' ganaría enteros, ya que las aglomeraciones pre y pospartido desaparecerían y, además de en tiempo, la obra ganaría en comodidad.

Los traslados

Si todo sigue el plan previsto, la nueva Romareda llegaría al verano de 2026 con buena parte de su estructura en pie. Es entonces cuando comenzarían los derribos en la otra gran tribuna, la de Preferencia, donde se ubican los palcos y las zonas habilitadas para la prensa, que deberían ser trasladados temporalmente a la nueva tribuna Este, lo que supondría, por ejemplo, que cambiase el tiro de cámara para las televisiones. La parte audiovisual no es menor en este asunto, ya que LaLiga tiene una reglamentación muy concreta que hay que cumplir a rajatabla. Además, en la nueva tribuna Este deberían habilitarse también los vestuarios, ubicados actualmente en la esquina entre Preferencia y Gol Norte -aunque la bocana por la que los 22 futbolistas saltan al terreno de juego sí que está en Preferencia- y los banquillos.

Los últimos remates

El plan para la reconstrucción de la nueva Romareda es, por tanto, muy meticuloso, y deberá cumplirse, prácticamente, semana a semana. Cualquier mínimo contratiempo podría suponer un retraso que lastraría unos plazos ya de por sí ajustados. No hay que olvidar que Zaragoza aspira a ser sede mundialista en 2030, pero al menos un año antes, tal y como se firmó al aceptar los requisitos de la FIFA, deberá acoger al menos tres partidos de prueba con su aforo completo.

Así, y siguiendo el cronograma marcado por Idom, tras la tercera temporada en obras se llegaría al verano de 2027 con tres cuartas partes de la estructura del estadio terminada. La cubierta, además, se iría instalando de forma paulatina. En esa campaña, la 27-28, las constructoras deberán terminar de perfilar Preferencia y demoler y reconstruir el Gol Norte, para llegar al verano siguiente con tan solo los últimos remates pendientes. Un plan tan minucioso como arriesgado, máxime si La Romareda es seleccionada como sede del Mundial 2030, razones por las que el Parking Norte se erige como una alternativa más que jugosa.