Ayer se cumplían nueve meses desde que los aragoneses otorgaron la confianza al PP para que gobernara la comunidad. Nueve meses en los que los populares, y en especial la presidenta, Luisa Fernanda Rudi, han demostrado que contra el PSOE se vivía mejor, a tenor de sus intervenciones parlamentarias. Ayer se volvió a vivir el enésimo ejemplo del y tú más entre el PP y el PSOE, a raíz de una comparecencia para debatir sobre los efectos de la reforma laboral y las medidas para crear empleo que tiene previsto el Ejecutivo autonómico. Pocas conclusiones y muchas acusaciones por la herencia recibida.

Si algún ciudadano siguió la sesión se decepcionaría al comprobar que más que un debate político necesario para hallar soluciones a los graves problemas de la ciudadanía atenazada por las continuas advertencias --una vez más ayer lo corroboró el presidente del Gobierno-- de que aún va a tener que sufrir con más dureza los efectos de esta crisis, el debate fue un cruce de reproches entre los dos partidos que más apoyos recibieron el pasado 22 de mayo: el PP y el PSOE.

El portavoz del PSOE, Javier Sada, denució que la acción del Gobierno en este tiempo "no se visualiza", y destacó que aunque el PP se presentó a las elecciones como "garante" de la reactivación económica y la lucha contra el paro sigue mirando al "retrovisor" y sin tomar decisiones que son fundamentales para Aragón en esta situación.

"Ejerzan de Gobierno de una vez y salgan de la oposición", reclamó Sada, quien denunció que la nueva reforma laboral que instaura el "despido libre de low cost" y criticó las trabas puestas por el nuevo Gobierno con cuestiones como el Plan Red, las depuradoras o Plaza.

Pero la presidenta del Gobierno de Aragón, en su réplica, fue implacable y como hábil portavoz de la oposición de un gobierno que es historia desde mayo, recordó que en la anterior legislatura subió el paro más de un 200% y aunque "no está satisfecha", durante sus nueve meses como presidenta ha bajado un 0,68%. Pero siguió siendo el azote del PSOE, un partido que ya no gobierna desde hace casi un año, pero que a juicio de la presidenta de Aragón continúa siendo el responsable de todos los males.

Rudi repasó las medidas adoptadas por el Gobierno, primero conociendo el estado de las cuentas a través de una auditoría para poder "atacar" el déficit público creado por el PSOE porque se demostró la contabilidad "virtual" del anterior Gobierno, y después la aprobación de una ley de estabilidad presupuestaria, los presupuestos del 2012, planes de racionalización del gasto público y de las empresas públicas, incentivos fiscales o el plan estratégico del Inaem. Ninguna de estas medidas ha creado empleo y apenas ha habido iniciativas de empuje en este sentido. Tal vez por ello Rudi continuó denunciando la herencia recibida, como el Plan Red, "uno de los muertos" que dejó el PSOE, al igual que la deuda de Plaza, que se gobernó "como si fuera el coto privado particular de algunos".

Aunque en otros puntos tuvo que hacer el PP encajes con su socio, como se demostró en una iniciativa sobre depuración en la que las tesis de Boné --anterior consejero y ahora sustentando al Ejecutivo-- se impusieron sobre las del PP, más propensas a denunciar las gestiones pasadas que a empezar a gobernar.