--En cuanto a los juzgados aragoneses, el presiente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón habló anteayer de descenso de la litigiosidad, ¿se nota el efecto de las tasas?

--Se está notando, sobre todo en lo Contencioso-Administrativo y en lo civil, en apelaciones a la Audiencia. En contraposición, donde no se aplican tasas, como en lo Laboral, se ha disparado. En lo Social también se ha incrementado la litigiosidad un 12% en lo que va de año en Zaragoza.

--¿El temido colapso de los Juzgados de lo Mercantil no acaba de llegar?

--Siguen disparados de asuntos, a niveles altos. Hay un juez de apoyo que va a seguir después de este año, lo que demuestra que era necesario. Pero no tenemos jueces de refuerzo en lo Social y en Familia, y los necesitamos. Por ejemplo, en Familia es patente la falta de medios personales, sobre todo jueces. Hay seis psicólogos, que podrían ser suficientes, pero necesitaríamos más trabajadores sociales para seguir la aplicación de las sentencias de custodia y sus consecuencias en los menores. Varias asociaciones lo han reclamado, y tienen razón.

--Parece menos vehemente a la hora de exigir refuerzos...

--No es eso, es que con perspectiva nacional soy consciente de que hay sitios en los que están peor. Pero eso no significa que, dado que no se van a crear juzgados tradicionales --juez, secretario y funcionarios--, no necesitemos jueces de apoyo. Al año que viene saldrá una promoción de 200 jueces en España, y esperemos que al menos nos asignen cuatro.

--¿El Registro Civil se ha puesto al día con el juez de refuerzo?

--Hemos desvestido un santo para vestir otro. Trasladamos a un magistrado y ahora una jueza tiene que atender a los dos juzgados de menores. Al menos el registro civil se ha reforzado con un secretario y cuatro funcionarios --por parte de la Dirección General de Justicia--. El colapso no se daba porque llegaran mil expedientes al día, sino porque los funcionarios tenían que tramitarlos. Llega un momento en que pedimos el mínimo imprescindible. Pero es difícil abarcarlo todo sin medios, y el ministro de Justicia no cumple sus promesas.

--¿En qué sentido?

--La reforma que propuso obliga a cubrir las bajas o vacaciones no con nuevos jueces, sino con la asunción por parte de los que trabajan de varios juzgados. Se suponía que este trabajo extra conllevaría una retribución adecuada --se habló del 80% del sueldo--, pero recientemente hemos sabido que un compañero ha percibido 280 euros por hacerse cargo de otro juzgado durante 15 días. Esto es indigno para el juez y para los ciudadanos.

--¿Cree que la nueva legislación hipotecaria contribuirá a solucionar el problema de los desahucios?

--Es una ley de lo más insuficiente, no da opción a las familias en riesgo de exclusión social y considero que debería de ser visada por el Constitucional y los tribunales europeos. No ha arreglado prácticamente nada. Confío en que los jueces sigan planteando cuestiones particulares y así se pueda modificar.

--¿Y qué le parece el proyecto de dar más atribuciones a los procuradores en ejecución de sentencias?

--Creo que pueden hacer un buen papel en ejecuciones civiles, siempre bajo la vigilancia de los jueces y secretarios. Pero también creo que se generarán dos tipos de justicia, y el que pueda pagar al procurador tendrá ventaja.