La Antártida es, de lejos, el lugar más gélido de la Tierra. Por delante de Siberia incluso. En el continente blanco, según han podido determinar recientes estudios de la NASA, se registraron el 10 de agosto del 2010, en pleno invierno austral, 93,2 grados centígrados bajo cero, en una cresta situada entre las cimas de hielo de Argus y Fuji. Claro que se trata de una extensión sin vida humana, por lo que la plusmarca en zonas habitadas recae, sin ningún género de dudas, en el noreste de Siberia, en la zona que los rusos denominan Lejano Este. En las localidades de Verjoiansk y Oimekon los termómetros bajaron hasta los 67,8 grados bajo cero en 1892 y 1933. Las investigaciones sobre la menor temperatura registrada empezaron cuando los científicos descubrieron dunas de nieve modeladas por el viento en la plataforma antártica oriental.