¿Cómo consiguió Sancho Ramírez, segundo rey de Aragón, convertirse también en rey de Pamplona?

Aragón y Navarra han estado íntimamente ligadas a lo largo de sus respectivas historias, especialmente en los inicios de ambas como entidades políticas en la Edad Media hasta el punto de haber llegado a estar unidas hasta en dos ocasiones

Sancho Ramírez, rey de Aragón y de Pamplona

Sancho Ramírez, rey de Aragón y de Pamplona

Sergio Martínez Gil

Sergio Martínez Gil

Aragón y Navarra han estado íntimamente ligadas a lo largo de sus respectivas historias, especialmente en los inicios de ambas como entidades políticas en la Edad Media hasta el punto de haber llegado a estar unidas hasta en dos ocasiones. Lo cierto es que los orígenes de ambos territorios fueron contrapuestos. Por un lado, el reino de Pamplona empezó a desarrollarse en buena medida en una larga evolución desde el medio rural vascón y los centros urbanos de época hispanorromana hasta una entidad capaz de mantenerse independiente frente al expansionismo y la influencia del reino de los francos de Carlomagno y del Emirato de Córdoba.

Por el otro lado, el propio Aragón, al igual que otros condados como Sobrarbe, Ribagorza, Pallars, Besalú, Barcelona, etc., surgieron al ser promovidos por el propio Carlomagno entre finales del siglo VIII y comienzos del IX para que sirvieran como colchón defensivo frente al Emirato de Córdoba en la frontera sur del Imperio carolingio. Pero cuando este fue desintegrándose poco a poco a lo largo del siglo IX, estas entidades pirenaicas de lo que se conoce como la Marca Hispánica fueron consiguiendo poco a poco su independencia y, algunas de ellas como el condado aragonés, pasaron a aliarse con el reino de Pamplona creando un frente común. Hasta tal punto llegaba esa unión que el conde de Aragón Galindo II Aznárez participó en la conjura para destronar en el año 905 a Fortún Garcés, el último de los Arista, para establecer en el trono a Sancho I Garcés, el primer monarca navarro de la Casa Jimena.

Años más tarde, Galindo II de Aragón contaba con una hija y heredera, Andregoto Galíndez, la cual acabó siendo casada con el que iba a ser el rey de Pamplona Sancho Garcés II. Debido a ese matrimonio, durante algo más de un siglo los reyes de Pamplona fueron también condes de Aragón, uniendo por primera vez políticamente sus destinos.

Así fue hasta el año 1035. En ese momento falleció uno de los monarcas más importantes y hegemónicos de la cristiandad peninsular, Sancho III el Mayor de Pamplona. En su testamento dividió sus extensos dominios entre sus hijos García, Fernando y Gonzalo, pero también incluyó a su primogénito Ramiro a pesar de que lo había tenido fuera del matrimonio.

A Ramiro le tocó en suerte el viejo condado de Aragón, y es a él a quien se considera como el primer monarca de Aragón a pesar de que realmente nunca llegó a utilizar este título en la documentación que se conserva sobre él. Aragón y Pamplona volvían a separar sus caminos, aunque no tardarían mucho tiempo en volver a unirse.

Y es que al hermanastro de Ramiro I, García Sánchez III, le correspondió el reino de Pamplona, pero tuvo muchos problemas para mantener el trono, pues tanto el propio Ramiro, quien fracasó, como su otro hermano Fernando, por entonces rey de León y Castilla, atacaron sus dominios. En las luchas que tuvo con los castellanoleoneses, García III acabó muriendo en la Batalla de Atapuerca en el año 1054, siendo sucedido en el trono navarro por su hijo Sancho Garcés IV. Este, a quien las fuentes acusan de autoritario, ávaro, y sobre todo de su política meramente defensiva y de no contentar a la nobleza navarra que sólo quería conquistar nuevas tierras y riquezas a los musulmanes, acabó siendo objeto de una conjura.

Una conjura oscura, en la que intervinieron sus propios hermanos Ermesinda y Raimundo, este último brazo ejecutor del regicidio y fratricidio. Y es que el 4 de junio del año 1076, mientras el rey Sancho IV se encontraba cazando cerca de Funes, su hermano Raimundo aprovechó un despiste y arrojó a su propio hermano al fondo del barranco de Peñalén provocándole la muerte. Quizás Raimundo albergaba la ambición de convertirse en el nuevo rey, pero jamás lo consiguió. Se ha acusado también al rey al-Muqtádir de Zaragoza de estar detrás para debilitar a los reinos cristianos, y por supuesto también hubo nobles navarros detrás del magnicidio.

Pero sin duda, quienes más salieron favorecidos del asesinato de Sancho Garcés fueron sus dos primos hermanos, Alfonso VI de León y Sancho Ramírez de Aragón, quienes se repartieron el reino navarro quedándose el monarca aragonés con el título de rey. Así se inició una nueva unión entre los reinos de Pamplona y Aragón que duraría casi 60 años, durante los reinados del propio Sancho Ramírez, conocido como Sancho V de Pamplona, y sus sucesores Pedro I y Alfonso I el Batallador. Esta unión bajo la monarquía aragonesa llegó hasta el año 1134 y dio un salto cuantitativo a las fuerzas de un creciente reino de Aragón que en aquellas décadas se convirtió en una importante potencia militar en plena expansión territorial. Pero a la muerte de Alfonso en 1134 sin haber dejado hijos, la nobleza aragonesa se olvidó del famoso testamento del monarca que dejaba sus reinos a las órdenes militares y proclamó rey a Ramiro II el Monje; mientras que los navarros harían lo mismo siguiendo su propio camino con García el Restaurador.

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