Javier Aguirre se presentó ayer con cara seria en la sala de prensa del estadio de San Mamés y lo hizo después de más de veinte minutos de la finalización del encuentro contra el Athletic de Bilbao. "Teníamos el partido donde queríamos en la primera parte y en la segunda disfrutamos de un par de ocasiones. Después, con diez, intentamos contener al Athletic. La derrota fue muy dolorosa y más por haberse producido al final. Llevamos una mala racha en los últimos minutos", dijo el técnico mexicano, quien añadió: "La verdad es que el vestuario está bastante tocado, pero estamos en diciembre, queda mucha Liga y mientras haya vida hay esperanza. Así lo tienen que entender en el vestuario. Yo me veo con fuerzas para sacar al equipo adelante".

Aguirre aseguró que nunca antes había estado nueve jornadas de Liga sin ganar al frente de un equipo. El Zaragoza ha sumado en ese periodo de tiempo un solo punto de los 27 posibles y se mantiene como colista de Primera División. "Es la primera vez que me sucede después de más de 500 partidos, pero es algo que debo entender como crecimiento del equipo. Hemos probado con todo y con todos, porque las crisis siempre generan cambios. Tenemos nuestras limitaciones, eso está más claro cada vez, pero hoy (por ayer) el equipo ha competido y ha manejado bien los tiempos del partido", comentó el preparador zaragocista, a quien se le vio más apagado de lo habitual tras la derrota ante el Athletic.

MADURAR EL PARTIDO El Real Zaragoza nunca dio la impresión de querer ganar en San Mamés, pero Javier Aguirre aseguró que en la segunda parte habían tratado de sujetar al rival para luego intentar sorprenderle. "El equipo no está para tirar cohetes, pero sabíamos que había que madurar el partido y en la segunda parte tratar de aprovechar algún desajuste del Athletic. Lo que queríamos era tener alguna ocasión al final. Nos estamos rezagando peligrosamente", aseguró.