El proyecto de futuro del Real Zaragoza es un fiasco. Esa apuesta que ha vendido el propietario del club (con la música de fondo de sus allegados) por la juventud y la proyección de futbolistas en aprendizaje que sirvan como columna vertebral deportiva y económica de cara al futuro se enmarca dentro de la habitual política de la mentira. Agapito Iglesias ha divulgado ese mensaje, pero la realidad lo aplasta.

El patrimonio futbolístico de la institución tiene más arruga que acné. El Real Zaragoza es el equipo de Primera División que a lo largo de las 30 jornadas disputadas ha presentado la séptima alineación más vieja de la competición con una media de edad de 26.05 años, por encima incluso del Barça (25.91), al que se enfrenta este domingo en La Romareda.

Habituales como Roberto, Abraham, Loovens, Sapunaru, Movilla, Apoño, Montañés o Postiga hace tiempo que abandonaron la categoría de promesa. Otros como Romaric, Oriol, Paredes, José Mari, Wilchez, Pintér, Babovic o Bienvenu tampoco tampoco acaban de salir del horno. Así, Manolo Jiménez maneja uno de los ejércitos más veteranos del torneo.

Solo hay seis equipos con una media de edad superior a la del Real Zaragoza de Agapito: Osasuna (28.17), Deportivo (28.13), Levante (27.74), Málaga (27.19), Getafe (26.55) y Real Madrid (26.23). El proyecto de futuro, que no brilla precisamente por la presencia de canteranos ni en el once ni en las citaciones, es otro de los embustes de brocha gorda del máximo accionista, a quien los jugadores le suelen durar como mucho una temporada porque vende, no ejerce cláusulas de compra o los que supuestamente son suyos resulta que comparten propietarios colaterales.