--¿Por qué rechazan la colaboración público-privada en la construcción y gestión de los hospitales?

--Estamos ante un proceso lento y progresivo de externalizar cosas. Todo es consecuencia de esa ley 15/97 que permite al capital privado entrar en la sanidad. Ese es el gran problema, que una ley permita que la sanidad pública esté gestionada por empresas privadas, multinacionales o constructoras, como en Madrid, donde los hospitales han sido construidos por Florentino Pérez y compañía, que hicieron contratos por 30, 40 o 50 años. Y la gestión privada significa ganar dinero y que afecte a salarios, costes y condiciones de los trabajadores, así como a la cantidad de personal o al material.

--¿No abarata costes?

--La gran mentira es decir que no hay dinero porque solo el fraude fiscal se calcula en 70.000 millones de euros, la cantidad que supone el gasto sanitario. Un compañero ha recordado que, recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desaconsejado la colaboración público-privada cuando ha visto los resultados porque encarece lo sanitario y la calidad asistencial.

--Los hospitales de Alcañiz y Teruel serán gestionados de ese modo.

--Lo están haciendo de manera lenta para que nadie se dé cuenta, siguiendo lo que se hace en otras comunidades, donde se han construido hospitales pero nadie sabe que mediante la colaboración privada, lo que influye en la calidad asistencial.

--El consejero Oliván pedía el otro día que no se demonizara el concepto privado

--Pero es que el demonio está en la privada. Si el problema es un alto coste de la sanidad pública entremos en el fraude fiscal, el beneficio que se otorga a grandes empresas o el dinero que el Estado entrega a los bancos. La crisis es la excusa perfecta para saquear lo público.

--¿Creen que se llegarán a aplicar medidas como el copago?

--Como son inteligentes, lanzan primero unos dardos a ver cómo los recoge la gente y, si chocan con una gran repulsa social, lanzan otros. El copago es hiriente. No se puede consentir que una persona que cobra 300 euros pague 25 por una consulta.

--¿Y la progresividad en la farmacia?

--Se va a intentar, seguro. Cuando aquí no se dice nada en contra de algo es que se abren las puertas a ello.

--¿Qué espera de la manifestación de mañana?

--Lo que más miedo me da es que no seamos capaces de dar una respuesta contundente a esta situación y a tanto descaro. Lo que más temen es que el ciudadano se organice y haya un sentimiento de repulsa. Tenemos que dejar claro que lo que se está haciendo es un saqueo de la sanidad pública.