Según los datos del Observatorio de la Violencia de Género, casi 2.000 mujeres (1.996) vivían vigiladas por la Policía ante el riesgo de ataques de sus exparejas en Aragón el 31 de diciembre del año pasado. De ellas, 327 contaban con seguridad activa, los escoltas que las acompañan gran parte de la jornada. En 12 casos usaban dispositivos de localización.