Entre los asistentes a la bendición de la primera piedra estaban algunos descendientes --en quinto grado-- del santo que da nombre a la parroquia, Ignacio-Clemente Delgado y Cebrián. El santo nació en 1762 en Villafeliche, y estudió en los Dominicos de Calatayud. A los 23 años se fue de misionero al sudeste asiático, y acabó en Tonking --la actual Vietnam--, donde en 1838 fue condenado a morir decapitado. Acabó por fallecer por las altas temperaturas, pero fue igualmente decapitado, y su cabeza arrojada al río. De allí la rescataron tres meses después, incorrupta, los cristianos.

En la primera piedra fueron enterrados, a modo de cápsula del tiempo, diversos objetos como la copia de las Escrituras, del proyecto de obra, una cinta de la medida de la Virgen del Pilar, periódicos del día, monedas, fotos de la parroquia o el listado de niños bautizados.