Real Zaragoza

El debut de Cortés. «Pablo tan solo ama al Real Zaragoza más que el fútbol»

El padre de Cortés, y Jorge López, el técnico más especial para el canterano, celebran su debut con el primer equipo. «Es socio desde que nació. Jamás se ha perdido un partido en La Romareda. Tiene 19 años y 20 carnés de socio del Zaragoza», dice Aurelio

Santiago Valero

30 de marzo de 2010. Pablo Cortés, a punto de cumplir 6 años, y su hermano Íñigo acuden a la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza con su álbum de cromos en busca de firmas de sus ídolos. Su madre, Marta, espera cámara en mano la salida de los futbolistas mientras observa el impacto de la desbordante ilusión en el rostro de sus hijos. Aparece Jorge López, que accede gustoso a la petición de inmortalizar el momento. Apenas cinco años después, el entonces futbolista se convertiría en el entrenador más especial y en testigo de excepción de la irrupción de ese niño que posaba radiante junto a su hermano pequeño en aquella foto tan especial para Pablo, Cortés de apellido. Y mago de vocación.

El exfutbolista del Real Zaragoza, desde 2022 director deportivo del Intercity, fue el técnico de aquel alevín de la 15-16 en el que el fútbol de Cortés, procedente del Actur Pablo Iglesias, ya entraba por los ojos. «En alevines es muy importante dar confianza a los jugadores, mucho más a los que tienen el talento de Pablo, para que saquen lo que llevan dentro y él ese año lo sacó, como también varios de sus compañeros», afirma López, del que el canterano, al igual que sucede con Michel Catalán, guarda un gran recuerdo. «Lo que me viene a la mente era cómo me miraba, él y otros de sus compañeros, sabían que acababa de dejar el fútbol, que había jugado en el equipo, y el jugador que es del Zaragoza, de esa cantera, siente mucho ese club y a Pablo se le iluminaban los ojos. Tengo su cara y la de sus compañeros en el vestuario grabadas, ese sentimiento de orgullo de tenerme de entrenador y cómo hacían a pies juntillas lo que les pedía. Siempre traté de darles confianza y seguridad, de quitarles la presión que conlleva estar en esa cantera y el miedo a que no les salgan las cosas», añade el riojano, al que le hizo «mucha ilusión» el debut del canterano, el pasado sábado, con el primer equipo. «Pablo es sobre todo un futbolista de talento, jugaba con nosotros de 10 o a veces de 8, pero creo que su posición mejor es la de detrás del punta. Es muy zaragocista, le encanta el fútbol y jugar y eso se lo ves desde el primer día. No es un futbolista muy fuerte físicamente pero lo suple con la inteligencia, interpreta bien el juego y antes de que le llegue el balón ya sabe lo que va a hacer con él, es muy rápido mentalmente y lo tiene todo para hacerse un hueco en el primer equipo: calidad, visión de juego, manejo de balón, capacidad de trabajo, mentalidad, un buen entorno, saber escuchar, porque habla poco y escucha mucho para siempre mejorar, y esto último es fundamental».

El momento

Cortés ya está aquí. En Butarque se hizo realidad ese sueño que ha acompañado a Pablo desde que su tío le puso al lado un balón del Real Zaragoza nada más nacer. «Tiene 19 años y 20 carnés de socio del Zaragoza porque él y su hermano (Íñigo, actualmente en el División de Honor juvenil de Javier Garcés) son abonados desde que vinieron al mundo. No ha faltado a un entrenamiento, jamás se ha perdido un partido en La Romareda y solo hay una cosa que ame más que el fútbol: al Real Zaragoza», asevera Aurelio, su padre, todavía embargado por la emoción que se apoderó de él y de su mujer Marta en Butarque, donde sucedió todo. «Cuando Pablo salió al campo mi mujer y yo nos dimos un abrazo que recogía toda la emoción que sentíamos en ese momento. Los nervios empezaron cuando Víctor ordenó que empezara a calentar. Era el comienzo de la segunda parte, aunque luego se fue otra vez al banquillo y ya creíamos que no salía, pero llegó el momento y fue muy emotivo». No hubo palabras. No hacían falta. A veces, un abrazo dice mucho más. Como el que Pablo dio a sus padres cuando el partido acabó. «Estaba radiante, feliz. Sobre todo, por el empate. Es un ganador y, si se hubiese perdido, no habría sido lo mismo», apunta, emocionado, Aurelio.

«Tiene 19 años y 20 carnés de socio del Zaragoza porque él y su hermano (Íñigo, actualmente en el División de Honor juvenil de Javier Garcés) son abonados desde que vinieron al mundo. No ha faltado a un entrenamiento, jamás se ha perdido un partido en La Romareda», dice su padre

Aunque el primer abrazo de Pablo se lo había llevado Mesa, autor del tanto que permitió al canterano celebrar su estreno con un punto que sabe a gloria bendita. «Como mínimo, quiero pensar que dio suerte», celebra Aurelio, que se confiesa «excesivamente zaragocista. De los que sufren mucho, de los que casi no cenan cuando el equipo pierde. De esos cuyo estado de ánimo está condicionado por el resultado del Zaragoza», un sentimiento heredado de su padre, fallecido hace tiempo, y también zaragocista de cuna.

Como Jesús García Marquina, su otro abuelo, delegado de las selecciones aragonesas y que, como el resto de la familia, derrocha zaragocismo por los cuatro costados. Él también es una figura clave en el crecimiento de aquel niño que con 4 años jugaba ya en la Escuela de la Federación Aragonesa y que se pasaba horas jugando al fútbol con su hermano y los amigos en el pabellón de Torrijo de la Cañada, su querido pueblo. «Pablo ha vivido para el fútbol desde muy pequeño. Lo ama y entiende mucho. Es su vida y lo que le hace feliz», subraya Aurelio.

Messi, el ídolo

Ferviente admirador de Messi, su ídolo, y estudiante de primer curso de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Pablo Cortés se une a la nutrida representación de productos de la Ciudad Deportiva que han debutado en un primer equipo en el que Víctor no ha esperado mucho para hacerle debutar a pesar de que se acaba de recuperar de una lesión muscular. En su tercera citación con los mayores, llegó el gran día. «El objetivo ahora es quedarse pero quedan muchos pasos que dar: el debut en La Romareda o consagrarse como futbolista profesional», indica su padre, que valora el crecimiento futbolístico de su hijo. «Ha mejorado mucho en el trabajo defensivo y corre un montón. La calidad parece siempre bajo sospecha, pero creo que Pablo no se esconde nunca y siempre quiere el balón, a veces puede que en exceso. Para mí, lo mejor que tiene es su manera de entender el juego y la calidad que atesora, aunque, como buen zurdo cerrado, debería utilizar más la derecha», admite. 

Jorge López, su entrenador en alevines: «Tiene que encontrar su momento, que se le dé la oportunidad y la confianza, que en futbolistas del perfil de Pablo es aún más importante si cabe. Sin un entrenador que apueste de verdad por él jugadores como Pablo lo tienen aún más complicado. A Víctor le encaja a la perfección el perfil que tiene, sus condiciones, ojalá que le dé esa continuidad»

Cortés, en su primer año senior, es talento y magia. Fútbol del que seduce a través de una zurda camuflada en un guante. «Tocaba el balón distinto a los demás desde siempre. Está llamado a marcar diferencias, debe hacerlo», dicen los que mejor le conocen. «Tiene que encontrar su momento, que se le dé la oportunidad y la confianza, que en futbolistas del perfil de Pablo es aún más importante si cabe. Sin un entrenador que apueste de verdad por él jugadores como Pablo lo tienen aún más complicado. A Víctor le encaja a la perfección el perfil que tiene, sus condiciones, ojalá que le dé esa continuidad», subraya Jorge López, con el que empezó todo.  

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