Especial 23A

El futuro más verde de Zaragoza

Un paraíso natural en medio de la urbe. Ese es el objetivo que se plantea la capital aragonesa para 2030, que a pesar de ser la segunda mejor ciudad en cuanto a calidad de vida de España y la cuarta de Europa, quiere seguir mejorando en energías renovables, movilidad, economía circular y el reciclaje

El Parque Grande José Antonio Labordeta ofrece un espectáculo de luces, agua y zonas verdes sin precedentes en mitad del entorno urbano de Zaragoza.

El Parque Grande José Antonio Labordeta ofrece un espectáculo de luces, agua y zonas verdes sin precedentes en mitad del entorno urbano de Zaragoza. / ANDREEA VORNICU

Imagínense una ciudad en la que los parques sean verdes, llenos de clorofila y con un agua cristalina que refleja el sol cuando amanece. Los vehículos no expulsan gases y la contaminación brilla por su ausencia. Una Zaragoza en la que los pájaros cantan felices en un ecosistema limpio, respetuoso en el que nada empaña una clara visión del paisaje que nos demuestra que la naturaleza no tiene precio, que es algo que estaba cuando no estábamos y que estará cuando ya no estemos. Una tierra en la que los vehículos públicos y privados no expulsan gases a la madre Tierra, quien nos ofrece energía directamente natural a un coste prácticamente regalado. Así es cómo se imagina un simple soñador a su ciudad, a Zaragoza, en un futuro que no podría pintar más natural, más renovable y en contacto con un medio ambiente, que desea aflorar y salir a la luz para convivir con los zaragozanos.

Zaragoza tiene 170.000 árboles y busca superar los 700.000 para 2030

Y es que, para hablar de futuro, debemos hablar de presente. Imaginarse un entorno verde y sostenible a todos los niveles es fácil, pero es más complicado llevarlo a la práctica. El escenario zaragozano es muy favorable con la confluencia de los ríos Ebro, Gállego y Huerva que se juntan con 11 millones de metros cuadrados de zonas verdes, 170.000 árboles en la ciudad, 100 parques urbanos y más de 3.000 montes forestales que dotan a Zaragoza de un ecosistema digno de ser la cuarta ciudad con mejor calidad de vida en Europa y la segunda en España, por detrás de Vigo. "Estos datos están bien, pero estamos trabajando para mejorarlos especialmente en el ámbito más urbano", subraya Francisco Bergua, jefe del Departamento Ecología Urbana y Economía Circular en el Ayuntamiento de Zaragoza, que ve el futuro zaragozano "más verde, más saludable y más pensando en las personas". Para hacer este anhelo realidad, cree que el plan Zaragoza Natural debe seguir en marcha con sus visitas guiadas por hasta cuatro rutas naturales en la que todos aquellos deseosos de conectar con la naturaleza zaragozana pueden acceder a paraísos naturales como los Galachos de Juslibol, el Parque del Agua o el Barranco de las Almunias. "Estos tres últimos años estamos apostando por el desarrollo de una estrategia de gestión de la infraestructura verde para fomentar la biodiversidad y beneficiar a la ciudadanía, y hacer de Zaragoza más saludable y más climáticamente neutra", sentencia Bergua.

La basílica de Nuestra Señora del Pilar contempla el río Ebro.

La basílica de Nuestra Señora del Pilar contempla el río Ebro. / ANGEL DE CASTRO

Asimismo, no es el único proyecto entre manos. ¿Se imaginan contar dentro de 7 años con un árbol por ciudadano? Serían más de 700.000 árboles en un entorno mágico, de fábula, de película. Este es el plan del llamado "Bosque de los Zaragozanos" nacido en abril de 2021 y perteneciente al Plan Director Infraestructura Verde de Zaragoza que tiene como objetivo plantar un árbol por ciudadano para 2030, fecha estratégica a todos los niveles. "Hay mucho que hacer, pero tenemos mucho hecho", señala Montse Hernández, jefa de la Unidad de Desarrollo Estratégico del Ayuntamiento de Zaragoza, que matiza que es "un proyecto de economía circular, ya que trabajamos con suelos degradados y utilizamos el compost que se genera con la recogida selectiva de la materia orgánica en el Complejo para Tratamiento de Residuos Urbano de Zaragoza. La idea es plantar 1.100 Romaredas y para ello hacen falta recursos económicos, materiales y naturales". Imagínense 1.100 veces el campo de fútbol del Real Zaragoza, pero en un entorno teñido de verde en el que los primeros rayos de sol entren a través de las hojas y ramas de los árboles. Ese es el ambicioso y complicado objetivo.

La recogida de residuos

Los pasos están siendo los correctos, no solo a la hora de hablar del entorno natural que nos rodea y nos rodeará, sino también a la hora de pensar en la sostenibilidad, reciclaje, movilidad y economía circular de la Zaragoza del futuro. Un ambiente alejado del CO2, una recogida de residuos responsable y un transporte público totalmente eléctrico y sin emisiones parecen las directrices más claras si queremos un futuro en el que nada empañe la claridad de las calles. "La Zaragoza del futuro va a ser líder en Europa, en sostenibilidad en eficiencia, en movilidad y en economía circular", sostiene Miguel Ángel Anía, asesor técnico del Área de Servicios Públicos y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, que opina que el primer paso comienza con "la recogida separada de los residuos. Tarea que la Administración tendrá que facilitar a los ciudadanos para favorecer una recogida selectiva y fácil, así como recompensar a aquellos que lo hagan bien". Además, el asesor técnico del Ayuntamiento pone el foco en el proyecto "Zaragoza Cero Emisiones", que busca electrizar el transporte público, así como la implantación de un sistema público de préstamos de bicicletas que ayudarán a los zaragozanos a desplazarse por la ciudad sin emitir CO2 y otras sustancias contaminantes que día tras día, mes tras mes y año tras año van mermando la calidad de vida en Zaragoza.

Un objetivo clave es el de no emitir CO2 y electrificar el transporte urbano

Finalmente, un aspecto clave para convertir a Zaragoza en una 'smartcity' es aprovechar las energías renovables. El escenario de nuevo vuelve a ser muy alentador pues según José María Yusta, profesor de la Universidad de Zaragoza y experto en mercados energéticos e infraestructuras críticas, "la privilegiada posición de Zaragoza en el valle del Ebro permite disfrutar de buenas condiciones naturales para el aprovechamiento del viento y el sol, las tecnologías renovables actualmente más competitivas". El profesor pone el foco en aprovechar la energía solar, pues "su escalabilidad y adaptación a cualquier superficie la hacen ideal para el desarrollo de la producción y el autoconsumo en áreas urbanas". De igual forma, Zaragoza está apostando por un modelo más sostenible desde hace tiempo, pues ya cuenta con "más de 150 kilómetros de carril bici, la disminución del tráfico en el centro, buses eléctricos circulando por las calles, vehículos eléctricos de limpieza urbana, la comunidad energética de Mercazaragoza o el autoconsumo fotovoltaico en colegios y otros edificios municipales, son testigos de los cambios en la movilidad y la energía urbana", acaba Yusta.

Con todo esto, las directrices para lograr un futuro más sostenible y sano pasa por las administraciones, pero también por el trabajo de todos los ciudadanos que debemos preocuparnos por no contaminar y manchar una comunidad que tiene las condiciones para ser un entorno idílico, pero que debemos respetar y cuidar para que así sea. Es trabajo de todos. También, los ciudadanos tenemos que seguir con un buen ejercicio de reciclaje selectivo, que ayude a reconvertir y darle una segunda vida a esa materia. El uso del transporte público, que cada día contamina menos, será clave a la hora de lograr el futuro más verde de Zaragoza, que también pasa por el aprovechamiento de energías renovables. En concreto la eólica y solar, dos de las más competitivas que pueden adaptarse a cualquier superficie. Así, el futuro zaragozano pinta muy prometedor, aunque todavía es pronto para cantar victoria. El tiempo pondrá en valor todo el trabajo de una ciudad que quiere seguir siendo uno con el ecosistema.