Los médicos aseguran que, para el tratamiento de la gripe convencional, lo mejor es "reposo, líquidos, antitérmicos y paracetamol". Y nada de antibióticos. Si la receta está clara, también la principal amenaza. "El problema es que pueda evolucionar a neumonía, pero este riesgo se da principalmente en personas con patología de base, inmunodeprimidas o de edad avanzada", esgrimió un facultativo. En todo caso, su irrupción fue tan fuerte como inesperada. Así, durante los primeros días, los médicos detectaron casos de pacientes con algo más que un fuerte catarro y fiebre de 37,5 a 38 grados durante uno o dos días. Por eso, la acumulación de gripe A les ha sorprendido incluso a ellos. "En las consultas no estamos viendo nada fuera de lo normal y que no corresponda con lo habitual por estas fechas" e inciden en que "no hay que temer a la gripe A, sino vacunarse porque esta cepa está incluida en la dosis que se administra a la población".