El Ayuntamiento de Zaragoza respetará el auto en todos sus términos y no volverá a pintar el nombre de Príncipe Felipe en las dos fachadas donde está borrado. Esta situación pueden mantenerse en el tiempo más de un año, hasta que la jueza dicte el fallo sobre si se puede llamar José Luis Abós al pabellón. Desde el consistorio justificaron su decisión alegando que es un coste innecesario y que más de 30.000 coches que circulan por el Tercer Cinturón ven el único letrero que queda.