El presidente del PP en Zaragoza, Luis María Beamonte, será el próximo presidente regional de la formación después de que ayer registrara más de 3.000 avales a su candidatura. La única que se presentó puesto que a las ocho de la tarde expiró el plazo y no hubo ninguna otra candidatura alternativa, aunque hasta última hora se especuló con la posibilidad de que se presentara otro candidato. Por tanto, el congreso regional del PP que se celebrará el 25 y 26 de marzo será una balsa de aceite, sin oposiciones internas, sin tensiones, y demostrando una gran cohesión orgánica.

El golpe de fuerza con el que quiso presentarse Beamonte se evidenció al entregar 3.000 firmas de la militancia --cuando solo eran necesarias 90-- y prácticamente de toda la dirección del partido. Por provincias, según fuentes cercanas a su candidatura, presentó 500 por Huesca, otras tantas por Teruel y 2.000 por Zaragoza. A las once y media de la mañana, y acompañado por su mano derecha, Javier Campoy, presentó varias cajas con los avales ante el responsable del comité organizador, Antonio Suárez, y el vicesecretario de organización, Fernando Ledesma.

Interés general

«Se agolpan muchos sentimientos y buenas sensaciones. Soy consciente de la responsabilidad que implica este paso y el grado de compromiso personal que también implica. Además, también soy consciente de que hay mucho trabajo por hacer y con pasión y por encima de cualquier interés personal está el interés general», indicó Beamonte tras la entrega de sus avales.

El político turiasonense recordó con emoción a dos de las personas con las que ha trabajado estrechamente. Por un lado, el «buen amigo y buen alcalde» José Atarés, ya fallecido, y Luisa Fernanda Rudi, «buena amiga y referente para mí en muchas cosas».

Beamonte quiso respetar los plazos y no desveló cuál será su equipo, ni qué reestructuración podrá haber en las instituciones aragonesas una vez que asuma el poder interno del PP. En todo caso, tanto Javier Campoy como Mar Vaquero y Marian Orós son dos de las personas llamadas a cobrar un intenso protagonismo en el nuevo PP que reemplazará al de Rudi. Y aunque habrá continuidad en lo ideológico, más allá del estilo personal que le dé Beamonte, sí habrá cierto relevo generacional y un líder que dará más voces dentro del partido en un escenario político complejo. Precisamente, Beamonte apeló a ese escenario aunque no quiso aventurar nada. Admitió, a preguntas de los medios, su buena relación personal con el presidente de Aragón, Javier Lambán, a pesar de la «inmensa distancia» que les separa.

El también alcalde de Tarazona dejó bien claro que no renunciará al gobierno de esa ciudad y resaltó que «si algo ha tenido el PP a lo largo de estos años ha sido unidad», una unidad que ha permitido a la formación «desarrollar una fortaleza, en la estructura y en el papel institucional», por lo que quiere seguir compartiendo «ese escenario de unidad», que además ha sido «un éxito», tanto en las elecciones autonómicas últimas como en las generales.

La casualidad quiso que ayer Beamonte cumpliera 31 años de militancia en el Partido Popular. Después de todo este tiempo, y a sus 53 años le llega el momento de dar un gran salto en su trayectoria política.