¿De qué hablan en el Valle del Aragón? De Incertidumbre. ¿En las sierras de Teruel? De incertidumbre. ¿En el Monasterio de Piedra? Otro tanto. ¿Y las agencias de viajes? Más de lo mismo. Por no citar los cientos de casas rurales que recorren Aragón de punta a cabo, que llevan un mosqueo de aúpa y no se atreven a hacer un pronóstico de qué pasará mañana. Mañana es hoy, el primer día en libertad después de seis meses largos con toque de queda. Decae la alarma, se entra en el último estado de la depresión, a las puertas del orden conocido, se diría. ¿Cuánto durará? Si se escucha a unos y otros, hay poca confianza a corto plazo.

La cosa cambia si se piensa más allá del verano, periodo en el que tantos hacen lógicamente su agosto. De momento, está ver por ver si el éxodo a la playa de este domingo se contará por centenas o por millares. Se calcula en unos 15.000 los aragoneses que tienen casa en la Costa Dorada. Muchos de ellos ya han mostrado su preocupación por saber qué se encontrarán. Sus principales recelos se hallan en los okupas y los robos. Aunque desde los ayuntamientos de la zona, sobre todo de Salou, aseguran que hay la normalidad de siempre, es difícil saber si la inquietud está justificada ya que en muchos edificios no reside nadie, por lo que es difícil asegurar cuántos apartamentos han sido okupados.

Sea como fuere, el movimiento hace prever numerosos viajes hacia la costa este domingo, aunque sea solo por constatar que todo está en orden, si bien dan jornada de lluvias en esa zona mediterránea. Más allá está otra vez la incertidumbre. «En dos semanas, incluso algo menos, veremos las consecuencias de las nuevas medidas», afirma el epidemiólogo Nacho de Blas, con quien hay coincidencia en mayoría.

Movilidad nocturna

Queda por resolver el debate jurídico, que ha saltado a la palestra incluso antes de que muchas comunidades hayan decidido dar marcha atrás. Entre las colindantes, Navarra quiere mantener el toque de queda; Cataluña ha cambiado de opinión en los últimos días y dejará la noche abierta, Valencia no duda de que mantendrá la prohibición de circular libremente durante unas horas; en Castilla y León no va a haber toque de queda; en Castilla-La Mancha sí, en La Rioja no... Y Francia no permite la entrada de turistas hasta el 9 de junio.

Un buen número de ciudadanos prevé ir a visitar su casa de la playa para saber en qué estado se encuentra

En Aragón, por si no ha quedado claro, la desaparición del estado de alarma ya ha eliminado la restricción de movilidad nocturna, así como el confinamiento perimetral de la comunidad, por lo que los aragoneses pueden viajar a otros territorios de España siempre que estos no estén cerrados. Es decir, pueden ir a Cataluña, donde por cierto la provincia de Tarragona muestra una incidencia muy baja en cuanto a covid, pero no al Levante, donde el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha avalado la propuesta de la Generalitat de aplicar un toque de queda.

Se ve que va a ir quedando todo en manos de los jueces, a quienes desde hoy pueden recurrir ciudadanos de manera particular si sienten que están perjudicando sus derechos constitucionales. El caso de Aragón es diferente, repiten, aunque eso no quiere decir que las medidas implantadas por el Ejecutivo de Lambán no puedan acabar judicializándose. De hecho, la última palabra puede llegar a estar en el Tribunal Constitucional, según los expertos.

Te puede interesar:

Julio Tejedor, secretario general de la Presidencia del Gobierno aragonés, ha detallado estos días los pormenores del entresijo jurídico, de Aragón y su ley, que supone la desaparición del toque de queda. «En principio nuestro norma no lo incluía, pero no creemos que sea del todo inviable». «Es una limitación de especial intensidad», admite Tejedor, en contraste con Sira Repollés, que cree que permitir la movilidad por la noche «plantea un defecto que puede tener consecuencias epidemiológicas».

La decisión de Moncloa, además, de incluir al Supremo en el proceso, ha provocado que muchos juristas se echen las manos a la cabeza al constatar el desconocimiento que se tiene del funcionamiento del sistema judicial. «En cinco días –tiempo que ha estimado el Gobierno central para que el Alto Tribunal resuelva estas cuestiones– no dará tiempo a que haya una sentencia. Es decir, que no habrá la inmediatez necesaria. Además, los expertos niegan que el toque de queda pueda suceder con arreglo a la ley. Así pues, irá todo otra vez sobre la marcha. Decae la alarma, se mantienen dos estados bien conocidos: la incertidumbre y la improvisación.